martes, 1 de febrero de 2011

A TI ME ENTREGO...

Estoy desnuda frente a ti, con esta serenidad que gime desde las tripas y rebota en mi discernimiento.
Hoy me uniré a tu magia. Abriré mis piernas y dejaré que entres por completo, inundando hasta los más oculto de mí…. Hasta lo que no me  ha dado tiempo a descubrir.
Por fin mis ojos serán azules, mi piel espuma… mi corazón libre.
La paz que tanto ansío, la amargura de mis lágrimas… los momentos obtusos de una testa inclinada siempre al vacío más terminante, hallaran la cúspide de lo ansiado.
No se vivir en soledad, siendo un recuerdo proclamado al viento, un poema declamado el en tiempo, que nadie rememora a no ser que llegue a la memoria un gesto, un instante efímero como el aroma de un verso.
Nada me aferra a este suelo. Ni tan siquiera el color del cielo… observo sin ver nada, sin captar otra cosa que no sea sufrimiento, mis brazos desiertos, mis pechos secos… un vientre helado… un núcleo desecho.
Solo tu movimiento eterno me hace dichosa, pertenecerte es lo que deseo. Abrázame con tu olas… deja que note como me cubres por entero. Más tómatelo con calma, no lo hagas muy deprisa, que goce el momento de ser tragada por tu boca… que disfrute la fusión de dos cuerpos… agua y fuego.
Solo te pido un favor, no me devuelvas a esta gleba. Empuja con fuerza, déjame que llegue hasta lo más profundo de tu médula… hazme coral y deja que me vean las sirenas… consérvame imperecedera, alma por eternidad… fe ciega.
Y que una de las que lleguen borre la marca en la arena de estos pies que se te acercan.
Ya siento como me entras.
Mis pupilas fijas en tu color, esperando la transformación…la dicha me embriaga al saber que seré mar y que un cabrilleo sellará por completo la historia de esta idiota  que un día quiso ser princesa y ahora será… turquesa y sal.

*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos Reservados*

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