Ante la ternura de tu mirada, reverberación de un excelso corazón, germina como perla blanca toda la seducción de una flor…de una rosa blanca por ti plantada, fecundada y bien cuidada en el parterre de tu razón.
Va creciendo sin prisa, bailando con la brisa, la suavidad de tu sonrisa y el canto sereno de tu voz. Más, cada espina que nace es una batalla ferviente por anteponer lo que siente al consuelo de tu amor.
Y será la más bonita ante los ojos de su hacedor, aunque se mustien algunos pétalos, nacen más en su interior, para recordarle al mundo que todo lo mimado, vive y se hace fuerte por mas fieros hierbajos que emerjan bajo su tallo.
Porque todos los males se han librado en una caricia de sueños pesados, en el rosal está marcado el fino tacto de sus manos, en la esencia que desprende, el sutil aroma de sus labios y en el centro más cerrado, protegido de toda maldad… el corazón bendito de su pura integridad.
*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos Reservados*
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