martes, 31 de mayo de 2011

PROMESAS…


Un reloj marca las horas, desde el fondo del pasillo, llega su sonido lastimero, melancólico, casi doliente…el tiempo no se detiene.
Me siento ecuánime y un algo pragmática, ya no pugno contra la oposición de ésta mente agotada, no vale la pena robarle un solo segundo a la vida cuando todas las gestas han sido perdidas y las batallas quemadas.
Me expongo a una conciencia herida y acato las promesas que desde el centro de mi pecho marcan mi guía…
Hoy, mí corazón late relajado, sin alteraciones y, al prestarle atención; me doy cuenta que  su ritmo marca solo mi nombre.
Siempre fue anacoreta y la porfía  de acercarlo al mundanal ruido casi lo parte, dejándolo exhausto, temeroso, ahíto de tantas vanidades enmascaras; de tantas almas disolutas que solo se mueven a sus caprichos. Caretas que caen al suelo dejando una estela evanescente que no imprime ni huella ni sombra.
Nunca más dejaré que lata a otra escala y, sí acaso se revuelve por echar en falta, ordenaré a mi conciencia que guarde la entrega de las mejores palabras.
Silencio. El verbo amar, es muy grande para ser pronunciado.
Si alguna vez se siente proclive a mentarlo; si vuela en mi centro como una mariposa azul, misteriosa y pueril, prometo que lo dejaré guardado, que ningún oído escuchará su canto.
De lágrimas se ha tatuado y borrarlas…. ¡cuesta tanto!


*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos Reservados*
(Imagen bajada de la red)

lunes, 30 de mayo de 2011

EXTRAÑO VIAJE, EL VERDADERO...


Vislumbro sin reparo, ojos en espasmo, la llegada de mí noche infausta…Aire del norte, alabeo que mece mi nombre.
Acomodando mi cuerpo, borrando las sensaciones, desvisto mi ser prestado sin cobrar mis sentidos.
Soy un animal en cueros desprotegido entre nubes negras, manto desgalichado que solo tapa por zonas de esta vida vieja.
Atrapado (no hay calor) recuerdo los pájaros libres, la cometa traviesa de su altura orgullosa. El mar en sus bajos, las olas vigorosas con espuma blanca de sal eterna
Marchando están mis sentidos (se los llevan) acaso estaba pensando en mi niñez…del nacer ¡no se!
Aire del norte, como ave ya en vuelo, noche en la compañía abismal de mi propio ser.
Al infinito (que seguro que existe) del sur…

José Manuel Salinas

En esta noche trémula de sutiles ruidos…me llega el eco sureño de aquel que se ha mecido, entre olas de espuma y hamacas de hilo; entre limoneros verdes y azahares dormidos. El que ha sido adorado y consentido, acariciado con la misma sutileza que  el mar roza la arena callada…
Traigo en mi boca su nombre, viento del sur, vestido de viejas ropas que ciñen mi cuerpo y mi alcoba…
Vuelvo a tu nido, tierra norteña. De fuertes raíces, romero y lavanda; de parra roja y vid en ristre…del caldo templado que revienta cicatrices.
De ese cielo aplomado, crujiendo los huesos en noviembre, del frío agarrotado que cubre tus campos y tus veredas…del sol caliente de las tardes de septiembre.
Vuelvo a ti, mi tierra bella…al infinito (que seguro que existe) del norte…

Rocío Pérez Crespo
*Derechos Reservados, ambos*
(Imagenes bajadas de la red)


sábado, 28 de mayo de 2011

RENATA


Sus ojos se cerraron…
Algo repiqueteó en algún punto lejano…las palabras ocultaron su fuerza, las manos quedaron yermas.
Una luz, blanca y escasa,  se desplegó sin sentido;  chocando en las paredes sin hacer ruido…se condensó en el techo, explotó contra el suelo…sacudió violentamente su cuerpo.
La capacidad quedo anulada y aquellas notas que ayer se escuchaban, rompieron sus cuerdas para amortajar a la dama…nunca supe de que se trataba. Cuando sentada al piano, acariciando sus marfiles teclas, perdía la noción con una mirada soñolienta y apartada…y en sus labios se dibujaba una sonrisa amable y templada.
Más ahora ¡ahora que la contemplo! Inerte, acurrucada en los brazos de la eterna muerte,  sé que  era un réquiem creado para adornar su marcha.
Al son silente del vacío, veo su partida sin nadie escoltándola…solo quedo yo, apostada en el alféizar de esta ventana, con las rosas blancas que tienen su perfume, escucho el galope profundo de los corceles al iniciar su camino.
La luna ocultó su cara, su ángulo más amable y, yo…me quedé mirándola.


*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos Reservados*
(Imagen bajada de la red)

viernes, 27 de mayo de 2011

PERDÓN...


                                Blanco azúcar, el manto del campo
                                Dulces son tus pisadas por largo y ancho
                                Dejando las huellas, marcando en huecos
                                A este corazón que te hace extraños

                                Perdida en las tinieblas del desencanto
                                Mojada en la tormenta, virginal  lágrima de tu llanto
                                Desazones y relámpagos, pequeña ante los truenos
                                Sometida a la luz del cegador fogonazo

                                No llores mi niña, de impoluto corazón
                                Has dado lo más preciado… tu amor
                                De las entrañas sacado, tu cuerpo y razón
                                Base de los sentimientos, de un ser honrado

                                No hagas de mis brazos tú tormento
                                De mis palabras, las dagas y tú lamento
                                De mis formas el silencio, la captura del mal
                                Que bulle desde mis adentros y breve escapa

                                Me arrodillo avergonzado de cobardía
                                Miedos tapados, excusas al viento
                                De inseguridades que marchitan,
                                Desconfianzas  en absuelto

                                Hija de un Díos crecido,
                                En la tierra no tienes igual
                                Palpitaciones que graban tu nombre
                                En el músculo que me da vida

                                Amor latente, que tengo intacto
                                Corazón prisionero, de mi temor carcelero

                                Hay  azúcar de caña en nuestras venas
                                Las dos endulzan, las dos mezclan
                                Las dos disuelven y es  preciado alimento
                                Para este corazón incierto que late presto
                                Por  tu amor eterno…
                                Ingrata mañana de verde escarcha
                                Que ante el perdón que brotó de mis palabras
                                 … contemplé atormentado  tu espalda.


                                             José Manuel Salinas
                                             Rocío Pérez Crespo.
(Imagen bajada de la red)

jueves, 26 de mayo de 2011

RESTOS...

Se van cargando los espacios, con ecos agoreros de deprecación ansiosa…el mundo se ha quedado solo, clamando a un cielo muerto y sin sombras.
Se nos olvidó hace eones rezarle  a las rosas…al árbol, a la tierra, al agua que nos sustenta...Al pájaro que hace su nido, a la abeja que liba hacendosa.
¡Decidme aciagos compatriotas!… ¿Cómo es una mariposa? ¿Cómo se mueve el trigo bajo la caricia de un viento adormecido? ¿Qué color tienen las amapolas?
 Los cajones están llenos de deshechos, los armarios obstruidos de libros viejos…los animales están enjaulados, no quedan flores en los alfeizares de las ventanas y, la música, aquella que sonaba cual baladas;  se ha quedado calva en notas estridentes que nadie comprende, pero que según todos, son hermosas.
 Las mujeres no parimos hijos, sino competidores incansables con los bolsillos cosidos, nacen ya en pantalones cortos y camisetas con marca de aplomo. Te miran con desden desde su propio ombligo.
Parte de esta miseria que corroe el alma es la infesta mentira que sostiene nuestra carga, el resto solo es relleno de un Dios que nos abandonó a nuestra suerte en una mañana clara, cuando se ve, que al mirarnos más de cerca, solo oteo orgullo y una pésima interpretación de sus palabras. (Si es que alguna vez fueron pronunciadas). Entonces la mitad de la mentira se queda en una mentira plana.
No quedan aristas para aferrarse en la caída, solo unas rodillas que hincar en la gleba al borde de cualquier precipicio y dejar que salga como una vomitera aquello que todavía late en nuestras arterias.
El campo ha perdido los aromas…lo sabores se distorsionan, las miradas son difusas y las razones guiadas a una libertad imaginaria. Ya no queda nada, el abrojo ha ocultado la estampa…y mientras todo eso ocurre, aquí quedamos cuatro perros atados con bozales a una soga tramada.


*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos Reservados*
(Imagen bajada de la red)




martes, 24 de mayo de 2011

SIN SENTIDOS...

                                    
                                    Epiléptico estado imaginario
                                    Inconsciencia no buscada, no programada
                                    De unas sensaciones caducadas, intuición traicionera
                                    En el denostado hilo, conductor de mí saber

                                    Asfixiante anochecer, extravío de mi mente
                                    Jardín verde esmeralda, ayer florecido
                                    Flores en capullo cerrado, fragancias inexistentes
                                    Sin alterar fluidos, de tristes aromas prescritos

                                    Destrozada nana solitaria, original cumplidora
                                    Mortificador acurruco, intervalos
                                    Sin melodía, meciendo hasta dormir
                                    A un corazón trajinado, sin magia,
                                    Ni palpitos enamorados

                                    Esfuerzo por despertar, de este dormir irreal
                                    Maltratado con marcas, de contorsiones desnudas
                                    En suspiros involuntarios, zaheridor de mis sesos
                                    Sudor seco de mi angustia, almohada de cabeza revuelta

                                    Fría noche aciaga, que no distingo
                                    De febrero amargo, en almanaque bisiesto
                                    Entrelazada pesadilla, perdida en el recuerdo
                                    De este dormir ficticio, en el cual…
                                    Ya ni temo, ni siento
                                    Ya, ni me encuentro   

                                                    José Manuel Salinas
                                                              D.R.
(Imagen bajada de la red)

domingo, 22 de mayo de 2011

ME ASUSTÉ...

                                Fue un  desliz, la simpleza de un instante
                                Tarde de soleado mayo y sus trinos
                                Margen de tranquilo río, largo paseo entre verdes juncos
                                Silbidos y canturreos, piedrecitas en circulares ondas,
                                Abrazando el agua con simpático baile
                                Recuerdos de juventud

                                Tú y solo tú que me das abrigo.

                                Acecinado como el cartón de relleno
                                Estatua de yeso, sin vista en los ojos               
                                Ni olfato, ni ruido, la boca simulada
                                Niño perdido, de erizado semblante
                                Enfundado en un  traje adulto sin que roce la piel

                                Fue un desliz y ya no estabas

                               En unos segundos ¡cuanto extrañar!…
                               Rígido de piernas y manos, corazón por estallar
                               Mi fiel… única compañera, descanso de mis penas
                               Cómplice en mis noches, amante insaciable de sensaciones

                               Entendida de mí sentir
 
                               Me asusté de tu ausencia, me distraje…
                               ¡Eso tuvo que ser!... cuando al girar la cabeza
                               No abrazabas mis sentidos
                               Abisal furia sibilina que llegó a calvarse en mi pecho
                               Espadas punzantes  antes el temor de mi perdida
                               Y de pronto, aquí te encuentro, a mi lado
                               Mí querida soledad, mi amante férrea y eterna...



                                                Rocío Pérez Crespo
                                                José Manuel Salinas.
                                                          D.R.
(Imagen bajada de la red)



viernes, 20 de mayo de 2011

TRISTE ESPERANZA...

                             Encogida esponja, de sentimientos exprimidos,
                             Vestigio de humedad, en helado corazón que no hace charco
                             Ni barquito de papel, en riachuelos de sucinto viaje

                             Gasificada esponja agónica, que son tus pensamientos,
                             Líneas marcadas en ámbar, tiralíneas de rojo saciado
                             Reflejo claroscuro y en espera, de una luna lejana, ya sin lucero
                             Señales inequívocas que engendran en mí, tú olvido 

                            Hora de escarchas, marañas perennes de un frío amanecer
                            Inmarcesible niebla tornada opaca, bautismo de la mañana
                            Alacena de recuerdos atestada, mácula traicionera de día soleado
                            Arquitecta de triste silencio, cómplice de voz callada

                            Suspiros haciendo espesura, cama de amor dormido
                            Profundidades inciertas de camino ya perdido…
                            Acelerado desenfreno, cortocircuito de mi mente
                            Resortes que saltan, en contrapesos vencidos

                            Aparece una lluvia invisible, que no hace charco
                            Cargado de neuronas, barquito de papel mojado
                            Línea en rojo encendido, marcando el hundimiento
                            De unos sentimientos ya inservibles y muertos


                                        José Manuel Salinas
                                                 D.R.
(Imagen bajada de la red)

martes, 17 de mayo de 2011

INCIERTA CONVERSACION DE UN PASADO DORMIDO….II.

D. Manuel: Extraña y solitaria penumbra que me envuelve el pensamiento, atrofia y deja de respirar el sentido…se convierte todo en un mundo negro de pesadillas, de hilos sueltos que me dejan caer en los abismos de mí no existir.
Me presiono el pecho, me arrodillo y pienso en ese despertar, aunque agrio por la distancia, seguro de saber de su existencia…de su vivir y que se sean junto a mi.
Atienda usted, blanca camelia,  es una manera sincera de decirle…La quiero.

Doña Ana: Me ruboriza usted caballero, los brotes de las amapolas blancos han quedado antes mi faz expuestos. Apártese un poquito que me falta el aire y siento como un desvaído, no quisiera marearme…no traje pañuelo y el abanico ha quedado en el carruaje.

D. Manuel: Son luces que se encienden al entrar con su brisa, caen en forma de suspiro a este respirar agitado mío; que me hace levantar, soñar y crear sensaciones impolutas de vida a su lado, mi dama…Cuando de pronto y sin saber, de que extraña manera me deja sin reflejos, sin la luminaria que acerca mis pasos, Por el contrario con su fría calma solo hace el intento fallido y vano de quererme.

Doña Ana: Le diré, para su alma atormentada, que siempre está arriba; en la cumbre de este frágil alma que me cobija, adornando mis mejillas, siendo mi luz y mi guía y , el que ostentosamente me abre las puertas de la idolatría…más entienda caballero, que sigo siendo una dama y tan delicada como esas flores tempranas.

Don Manuel: No me ande por el recobijo de su saber, más no me diga de mis esperanzas, de mis días por venir…veo, que solo son quimeras y al final mi sentencia será la agria despedida de su amor, de una persona bajo la decadencia, si alguna vez hubo de sentir.

Doña Ana: ¿Me llama decadente, sabio caballero?

Don Manuel: ¿Escuchó mal acaso?

Doña Ana: Solo ha escuchado lo que acaso ha dicho.

Don Manuel: Yo se lo aclaro si me permite usted, he querido decir  una persona bajo la decadencia de su sentir, refiriéndome a mí. ¿Se lo he aclarado, mi cielo?

Doña Ana: Me llama cielo como si fuese una ironía y no comprende, amable caballero, que antes sus ojos solo hay una mujer con el deseo de ser amada con la misma brisa que ella adora con su esencia divina.
¡Que humor mas fiero enconge el corazón que lo porta! Cuando ante la gravedad de sus palabras solo se escuchan desdichas.

Don Manuel: De Quevedo dijeron que era traidor a la mentira, que luchaba sin descanso con las armas más temidas, desde la a hasta la  z, desde la tinta al pergamino…desde las ideas al infinito, de humor negro e ironías todas de ellas se valía, de ahí que con todo se metiese…con lo vivo y con lo muerto.
Eso es humor fiero, la ironía con corona, las verdades escondidas y dichas  con voz a través de sus letras.

Doña Ana: ¿Y me compara  con tal personaje? ¡Pobre de mi! Una humilde sirvienta. Que bajo esta apariencia se esconde un corazón que revienta y lo hace de mil pasiones, todas con su nombre y su certeza.

Don Manuel: No la comparo a vuecencia con tal personaje, ni tan siquiera la arrimo. Solo me limito a decir que tales diferencias…de las palabras dichas con humores fieros.

Doña Ana: Veo que no tiene conciencia de lo que de verdad se expone.

Don Manuel: La conciencia es el no existir, vivir del recuerdo; que siendo mala nos atormenta y siendo buena, no nos da alimento.

Doña Ana: Vaya unas maneras más indolentes de tratar a una dama. Sepa usted caballero que una declaración jurada, si en su boca vale algo en la mía es pura misa con papa.

Don Manuel: Solo son palabras, de usted en ingenio domado, depende el escoger entre tanto diccionario… ¡lleve, lleve las que mas les plaza! Las que mas a su medida le vistan y deje las otras que tanto le espantan.
Ya sabemos que el papa en estos tiempos, el Borgia presumido, ese donjuán con sotana, ese de poder y vicio.

Doña Ana: Vaya majadero esta usted hecho. Solo le dije que lo amaba, no creo que haya pecado ante tales palabras, mas...veo que han sido insultos por sus oídos rescatados.


Don Manuel: Mi no saber y mi decir sutil… ¡Válgame Dios! Lo que molesta no lo apaña, ni los sofocos ni sus ganas.

Doña Ana: Ya callo entonces y acontezco los agravios a mis verbos. Ya no busque en mi boca palabra alguna que pueda adornar o aplacar su santísimo ego.

Don Manuel: Cuando la palabra es ofrenda, es gloriosa. Pero si la torcemos como dagas deja de ser ofrenda para ser  maldiciones mal dadas.

Doña Ana: ¿Dónde ha visto usted ofensa?

Don Manuel: Verla no la oteo, sentirla...rozando. Pero como la siento tan molesta ya se lo digo de antemano.

Doña Ana: Que vulgar es usted, ni la pluma ni el cincel han podido sofocar lo que en realidad esconde su ser.

Don Manuel: De esconder lo tenia, mas no puedo ya retener, que presumiendo de dama de alta alcurnia, solo es una mujer. Que aprieta, que lanza y acierta en este pequeño y dolorido ser.

Doña Ana: Una mujer enamorada, mire usted…para darme cuenta a la larga que ha sido de un bufón cuando esperaba un caballero con espada.

Don Manuel: jajá jajá, ahí le tiene usted.

Doña Ana: Hasta para reírse ha perdido la gracia.

Don Manuel: Eso es ser bufón y nunca lo pensé de usted.

Doña Ana: Pensarlo no lo hizo, pero tratarme como tal lo ha hecho con poesía y malas palabras. Así no se trata a una dama, sea bufón o caballero, así solo trata a una dama cuando quien lo hace no tiene moral ni calaña.
Tome sus rosas, sus cartas de amor y el frasquito de esencia que me regaló la semana pasada, entrégueselo a su santa madre y, si por acaso ella no lo quiere…úselo usted bajo la pluma de su precioso copete,  porque va a ser la única  fragancia de mí que le quede para siempre…pero si ve que tampoco es suficiente, vaya a los barrios bajos que allí seguro que es le ofrecen.



José Manuel Salinas y Rocío Pérez Crespo.
*Derechos Reservados*
(Imagen bajada de la red)










lunes, 16 de mayo de 2011

                        La chispa no la produce un corazón enamorado
                                 la fabrica la llama que lo sustenta....
                                       José Manuel Salinas...

domingo, 15 de mayo de 2011

FIN DE TRAYECTO…


La renuncia llegó con los últimos tonos del crepúsculo; en la ladera, entre dos peñascos, un sol dormido se retira apesumbrado.
La noche entra a pasos acelerados, dejando un abisal estrellado en los confines de mis retinas, ha sido cuestión de  minutos… desde el naranja perlado me sumerjo en el negro más infinito.
Ya no percibo el horizonte…en este viaje sin retorno, solo me queda un sonido asnal al que llamo  recuerdo.
 Y me pregunto…
¿A quien le diré ahora como empezaron a caminar nuestros hijos?
¿O cómo me gusta un café con leche una mañana de domingo?…
¿A quien le contaré  por qué  la pequeña duerme asida con fuerza a su osito?
Si es algo que solo tú y yo sabemos sin tener que aprender a conocerlo.
¿O por qué está ese libro siempre torcido? Y que cada vez que lo miras haces un guiño… ¿O el peluche en el estante con el lazo caído? Un cuento sobre la cama o una radio enredada entre las sabanas...unos pies fríos.
Aunque…
Lo cierto que la incuria albergó  nuestro nido, aquél que formamos confiados, creyendo que  sería un singular dominio. A prueba de cualquier inclemencia, de cualquier azote infausto, pueril…podrido.
Deletérea fue darse cuenta que aquello que juramos ya no tenía sentido. Que no nos quedaba  ni huella de reminiscencia del por qué nos unimos.
Comenzar de cero…mirarnos como amigos  y entender que todo tiene un principio hasta para romper los lazos divinos.
Ahormar mi corazón a mi razón es lo permitido, señalar el punto de partida: lo convenido y decir adiós, lo más sensato que hemos hecho los dos en este camino.


*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos Reservados*

Una vez escuché… ¿Cuándo dejasteis de amaros? La contestación me impacto, decía así: setenta y dos horas…cinco meses…ocho años, depende desde donde quiera empezar a contar.
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viernes, 13 de mayo de 2011

                                        Sé que alguna vez tuve paz,
                                        porque me acuerdo de ella...

                                             Rocío.

SAL PARA UNA OLA...


Vas profanando mis pasos, sibilino y autoritario. Teniendo todas las prebendas has usurpado hasta el último recodo de mi confianza.
Escucho ese violín que suena no se donde, con la mirada en ninguna parte y un solo pensamiento. Soy una tarada, sin formas ni manejos, análoga y proclive al deliquio  de tus besos.
Me comporto ponderadamente en la intimidad de mis sesos, más el corazón baila con una ígnea pasión cuando evoco tu piel atezada, esas canelas que forman tu espalda. La hierbabuena  de tu boca, las lilas de tu voz soñadora.
Y me siento más pequeña, más enana, al darme cuenta que no soy capaz de olvidarte en pos de mi calma. Que necesito ese gesto, esa palabra para afrontar los días y vencer las fantasmales noches sobre mi almohada.
Acidia al contemplar mi alma quebrada…aunque soporto dolor no sé apartarme de tu calida estampa.
Sabiendo como sé, que por más que me esconda, serás como el Mistral, azotando con tal furia que allá donde me encuentre inexorablemente siempre estarás presente.
Opulencia de unos sueños, oprobio  fehaciente ante la  realidad que me sostiene.


*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos Reservados*
(Imagen bajada de la red)

miércoles, 11 de mayo de 2011

UN MILLÓN DE FLORES...


                                 Tierra fértil, abonada, exenta de granza
                                 Dulcemente mimada, creso riego del amanecer
                                 Ese rocío que hace vida, alimenta y germina
                                 Tallo en raíces arraigado, verde esbelto de su gallardía
                                 Sostén fiable de inmaculada flor, aromas mil

                                 Mujer, quien se atreve a rozar tus pétalos
                                 Manosear con mala mirada, lo que Dios creo
                                 Sobre algodones tu pisar, tu voz es música y su cantar
                                 Figura limpia, cobijo de fruto originario, que es vida
                                 Impoluto rincón de sentimientos, de cariños consagrados

                                 Abnegada, abierta en corazón, sumisa en desazones
                                 Loable juez de pensamientos y razón, silencios en dolor
                                 Mayordoma suprema e  indiscutible de amor

                                 Quien es el osado temerario que presume de sus vergüenzas
                                 Ese mal nacido, jardinero en la noche, de su día la basura
                                 De penosa escultura, en pedestal ficticio y mugriento
                                 Verde esbelto en gallardía es el tallo, sostén de inmaculada flor
                                 Libertad absoluta de fragancias,  mecida y bendecida por el sol

                                 Jamás Marchitará….

                                                             José Manuel Salinas
                                                                       D.R.

                   Dedicado a todas las mujeres, que de una manera u otra, sufren y, son marginadas.
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