sábado, 31 de agosto de 2013

NO HAY LUNA QUE NO LLEVE MI NOMBRE…




Gustav Klimt "El beso"

Siempre me verás.
En el reflejo del sol sobre tu pelo, en las caricias de otras manos sobre tu piel. Me verás en las noches de luna clara y en los espacios de sombras entre tu almohada.
Reverberaré en los ninfeos de tus sueños donde las musas hacen de ti el mejor verso,  te besaré  través de un óculo del tiempo para saciar mi afán con la suavidad de tu cuerpo.
Siempre me verás, amor inmenso…
Porque sigo aquí, escondida entre el seco jaral que guarda el secreto. Hacinada con un montón de cacharros viejos y mil sendas recorridas con los pies desechos.
Me verás sí, siempre lo harás…porque vivo en tus retinas y en el calor de tu pecho y, te sorprenderás algunas noches cuando le cantes al planeta más certero y le ruegues que te hable de mí con su centelleo. Hasta que tu voz silente recobre vida y te escuches a ti mismo decir…Cuéntame luna, la historia de la mujer que late en mis adentros.


*Rocío Pérez Crespo*


martes, 27 de agosto de 2013

UFFFFF....QUE SIGA LA MAGIA.




Genial, francamente genial. La llevo hasta de sonido de móvil...en fin.

CARICIAS DE OTOÑO...




Pensativa fue la idea
de sensible seducción preñada,
decomiso de letras furtivas
para  frases entendibles: domadas.


Lamentos prestados,
conciencia arraigada,
cuerpos prisioneros
cárceles con alas.

Dolor acompasado
en predispuesta soledad.
Almas liberadas,
luchas y desgracias.

Versos ayudando al calvario
en el pegado maloliente
de unas estrofas que revientan
la pluma del penitente.

Pero…

¡Ay!... ¿Y el amor?
Cuánta magia…
Besos y recreos
de brazos que abrazan.

Tus labios, mis labios
la piel templada.
Risas, sonrisas y ¡cómo no!
la eterna carcajada.

De todo un poco
en esta casa de templanza,
que entre negro y naranjas
vacían mi gracia, acomodando
la pluma a la realidad que brama.



*José Manuel Salinas*
*Rocío Pérez Crespo*

Hace año y medio, mi buen amigo Salinas abrió sus Caricias.



martes, 20 de agosto de 2013

LLEGARÁ UN MAÑANA…




Vomitas sobre mi nombre como si no importase. Nutriendo a tu razón con un alimento que parece fresco y apetecible, pero que al chocar contra tu masa, se descompone, llenándolo de larvas y viscosa baba que pudre.
No existe memoria en el calendario y, memoria es en lo cotidiano,  renunciando a un pasado que sin embargo regurgitas a cada rato, masticando el fétido sabor del engaño hasta sentir tus venas colmarse de peste negra.
Callo. Y el silencio entumece mi conciencia.
Grito, imploro y las lágrimas invaden las tripas hasta levantar la nausea.
Llegará tu voz en la mañana de un futuro abrupto; el perdón reflejará las ansias y esa alma atormentada relajará sus alas. Mas no encontrará benevolencia en los huesos que castigaste, en el corazón que no valoraste…
Te quedarás con la carga y si acaso te fallan las ganas, no preguntes por qué te vuelvo la cara.
Un millón de horas atesoran los juramentos escupidos  sobre la tumba de mis muertos y,  en los oídos sordos de tus ancestros.




*Rocío Pérez Crespo*

domingo, 18 de agosto de 2013

UNA MÁS...X




Esta mañana, todo está tranquilo. Murcia rezuma paz y calma por todos sus rincones. Es normal en las fechas que estamos, la gente está de vacaciones y marchan a puntos más apetecibles.  Yo también  estoy de vacaciones, pero sigo en la ciudad. Quedamos unos pocos rezagados acompañando a las masas de turistas con guía incorporado que hacen su aparición por cualquier esquina y llenan los espacios de vida, algarabía e interés.
Estoy desayunando en “El capricho del cardenal” una tostada y un café con leche, eso de estar a dieta me ha hecho asentarme en otra terraza a la habitual. Añoro los churros con chocolate, pero me convenzo a mi misma con dos argumentos. El primero: Nena, hace un calor horrible para meterte entre pecho y espalda un tazón de chocolate, por más vapor de agua que expulsen los aspersores de los toldos,  mejor un cafetito con leche desnatada (ag) que es más ligero y; el segundo: A ver si te enteras de una buena vez, chata, estás a dieta…DIETA y eso significa: restricción. Es  algo que tienes que llevar a cabo todos los días, de nada  sirve decirte que por un día que la saltes no pasa nada, porque sabes que no es así. De esta manera  cuando te mires en el espejo no dirás que pareces una pelota vasca  ¿Lo has comprendido?
Sí, parece que lo tengo asumido, de hecho estoy aquí, pegadita a La Catedral.
Tengo el ebook  abierto por la pagina trescientos de la novela Drácula, la tengo leída desde hace un tiempo, sin contar que he visto la película por lo menos tres veces. Pero me ha apetecido leer este libro de nuevo y meterme en esas formas floreadas, llenas de modales y compostura. Hasta Drácula es de lo más educado y pomposo a la hora de clavar sus afilados colmillos en el cuello de la buena de Lucy. ¿Y Van Helsing, elaborando el mismo las guirnaldas de ajos para adornar el cuello de la damisela y velando noche tras noche por su sueño? No me imagino a  Hugh Jackman haciendo guirnaldas en la versión de Sommers. Aunque, francamente está de toma pan y moja, jolines.
No es un secreto para nadie que me conozca, que me gustan los vampiros. Algún día me pondré en serio y descifraré el por qué o los por qué, que igual hay más de un motivo.
En fin…
Se ha levantado un algo de brisa, no sé si es de levante, de poniente o de “naciente”, quedo muy lejos de esas interpretaciones. Solo sé que apetece sentir un algo de aire correr por el cuerpo.
Apago el ebook y enciendo un cigarro. Fijo la mirada en un grupo de ingleses que aparecen en tropel. Seguro que vienen de La Glorieta.  Observo como se van acercando, todos con la mirada puesta en La Catedral. Abundan los sombreros de paja, las playeras, los colores chillones y los vestidos de gasa. La guía, una mujer bajita embutida en un pantalón marrón poco femenino, les habla de la historia de la torre, del calor de su vidriera. De la disposición del templo en forma de cruz latina con tres naves y girola en dónde se observa los rasgos del gótico mediterráneo. En breve, seré testigo una vez más de un montón de cámaras disparándose a la vez. Un recuerdo del verano de dos mil trece, reducido a un millón de píxeles.
Detrás, a otro paso, se incorporan dos jóvenes. Les calculo treinta años. El es pelirrojo, de piel blanca y pecosa. Ella una mestiza preciosa de ojos claros y pelo suelto. Se están comiendo a besos ajenos a toda explicación. Me encanta, pero no puedo evitar añorarte.
Te echo de menos con tal intensidad que me duele, no hay forma de vaciarte de mis pensamientos. A veces pienso que tiene que ser fácil, que solo es dar con la clave… ¿Pero que pista me pude llevar a esa clave? Me ajusto a la versión de Edison cuando dijo que no había fracasado en las dos mil veces que falló en su invento, sino que aprendió dos mil veces como no se hace una bombilla. Pero creo que me falta perseverancia para eliminar hasta dar con la clave que me permita no beberte, no fumarte, no comerte y no respirarte…hasta entonces, concédeme querido desconocido, que te siga echando de menos.
Meto a Drácula en el bolso, mis pensamientos en el bolsillo trasero del pantalón y salgo decidida camino de casa, sorteando como puedo, al grupo de turistas que en ese momento se disponen a poner los pies en suelo sagrado.
Un hombre pasa por mi lado, va hablando solo, mejor dicho: discutiendo. Pienso que el calor y la soledad no son buenas compañeras de viaje.
Dejo a mi espalda Belluga. Pasó por delante del conservatorio. Un músico toca una dulce melodía sentado en sus escaleras. Suena bien, y la suavidad  me acompaña hasta que mis pasos se para de golpe delante de la pastelería “La peladilla”. Mañana me voy a mi tierra y aquí hacen un pastel  cierva estupendo. Voy a comprar algunos para mi padre, sé que le apasionan…
Es increíble. El mazazo que le ha dado el consciente al subconsciente  ha sido la leche. No he entrado a la pastelería, me he quedado parada en la puerta con cara de imbécil. No tengo a quién llevarle el pastel cierva.
La tristeza se ha colado a través del cristal, ha entrado por la piel y se ha alojado de nuevo en mi corazón.
Enfilo mis pasos por la calle de Alejandro Seiquer, cruzo por la plaza Cetina y me choco con el cine Rex. Estoy en mi barrio. Una lágrima se ha escapado y rueda por la mejilla. Temo no poder llegar a casa con la compostura necesaria para que nadie se me quede mirando. Tu recuerdo me acompaña por estas calles que ya las siento mías. Ya no me pierdo, papá.
Al llegar a la altura de la Plaza Europa la pena se ha agudizado. Mañana no te veré cuando llegue y sin embargo sé que estás allí…



Rocío Pérez Crespo.




viernes, 16 de agosto de 2013

INCREÍBLE...MARAVILLOSOS.



Tenéis la pausa del reproductor del blog arriba,  en la parte izquierda, donde pone Ismael-lo. Así podréis escuchar esto como se merece...besos.


viernes, 9 de agosto de 2013

EVIDENCIA…




Me abrazas en la noche cuando los pájaros duermen y los sueños siguen despiertos. Te siento trémulo y callado, en una viscosidad que atrapa.
Noto que por las costuras se me escapa la vida, pero no digo nada. Y entre las cuatro paredes que nos cobijan, el mismo silencio, habla.
Acompaño a tu abrazo con una caricia que te hace reposar, y entre tus cabellos, los remordimientos se escapan levantando la tapa de mi libertad.
Romperá la mañana sobre las cortinas acallando a la realidad, y nuestros cuerpos abrazados serán testigos de una alborada más. Yo seguiré soñando con que te quiero, tú anhelando tus alas para volar.
Se romperá el nudo con el fragor del deseo, hincarás tus manos sobre una verdad. Los labios en el discernimiento mudo y sordo, la piel rindiéndose sin lealtad.
Ya no será mi cuerpo el que busques cada noche, ya no será el silencio el que me grite sin piedad…


*Rocío Pérez Crespo*




jueves, 8 de agosto de 2013

UN UNIVERSO DE SOLEDAD…




Me acuné en tus versos, mimando cada palabra con caricias de algodón, rompiendo esquemas que eran quebrantos en el alma, partiendo en dos el liviano sonido de la voz. Y tú, encaprichado del verbo fácil, insinuante composición, pateas de forma tajante los bellos cantos que te salen del corazón.
No es necesario correr tanto, ni delante ni detrás de la musa que te embelesa con toques de tambor…Lo justo es dejar la letra impresa con la misma constancia que tu pluma te enseñó.
Será que la primavera dura solo un segundo o, quizá, que los cerezos no dan el suficiente sabor. Buscando en otros valles aquellos gratos instantes de luz de sol, revientas las margaritas que te sirvieron de colchón. Ahora, si miras al cielo te darás cuenta que no tiene color, que la bruma se ha tragado a la luna dejando una estela de dolor.
Te di la mano, acompañé tus pasos, escuché al mar bravo romper contra el atolón…soporté huracanes, los siete vientos y también tu provocación. Pero seguí adelante, marcando errante el tiempo de los dos…Hasta que al final, un trozo de mi piel se quedó en tus versos, una ternura dormida en el  viejo saxofón. Y mis ojos, cansados de mirar insolentes quimeras, se cierran voluntarios  ante un universo de soledad.  


*Rocío Pérez Crespo*



lunes, 5 de agosto de 2013

TERMINAR DICIENDO ADIÓS…



Terminar diciendo adiós, como si eso fuera importante. Terminar diciendo ¡vete! Como se le dice a los fantasmas en las menguantes noches de un mes de noviembre. Terminar diciendo…Con la boca muy abierta y los sesos encogidos, flagelados los huesos por los tumores crecidos.
Potestad y calibre del ego dolido que aguantando la amargura sospesa solo la purga dañina que lo sostiene, para repartir con furia un antídoto que vela a la muerte. Todo, para recuperar por dentro la seguridad de una mentira que no tiene ni dueño, ni vida.
Terminar diciendo…¡tanta osadía!.
Terminar para terminar volviendo de nuevo a la rutina de dos ojos que no miran, de una mente que no calibra, de un sostén que no aguanta ni tan siquiera la filigrana de dos trozos de malvas sujetos a sus costuras.
Tanto esfuerzo y tanta patraña. Tantas noblezas y tantas estancias, y, a los postres, un humano más desnudo de gracia.


*Rocío Pérez Crespo*



sábado, 3 de agosto de 2013

LUCHARÉ SOLO PORQUE TE QUIERO…






Volver a empezar, cargando a la piel de mimos y, al sentido de promesas. Limpiando el interior de ofensas que nunca se debieron dar. Y te miro y me digo, si merece la pena ver tanta tristeza pegada a tu altar, tanto brote de melancolía que amarillea las hojas de un verano más.
Sin fecha en el calendario, sin nada que celebrar me trago cachitos de ternura ante un reloj que se niega a avanzar. Descalza en el asfalto recobro pedazos de un tiempo que me supo a realidad.
Ya no hay sueño, todo se ha encerrado en una compleja soledad.
Y te cierras y me cierro y lo volvemos a intentar, para redimir las culpas entre besos de ansiedad y reproches de plastilina que se moldean según nos va.
No voy a callar, ya está bien de callar.
Tengo demasiado adiós metido entre las venas y mil batallas en las tripas que me obligan todos los días a vestirme de libertad. Que no hay beso ni caricia que aplaque la falacia a la que me veo sometida en pos de un amor sin dueño. Mato y sangro y, una vez más…Vuelvo a empezar.
Moveré mi statu quo y si tengo que gritar, se me oirá...Todo por ti, todo por mi, todo por volver a comenzar lo que nunca tuvo que tener un final.



*Rocío Pérez Crespo*