Desvaríos

El primero lo escribí....uf, ni me acuerdo. Hace muchos años...muchos.




I


Cuando la vida va y te canta una canción al oído, lo mejor, es escucharla.
Cuando los sueños cobran vida, lo mejor, es vivirlos.
Cuando el corazón late, lo mejor, es oír como galopa dentro de tu pecho.
Cuando las nubes negras del horizonte se deshacen dejando paso a un cielo azul clarito, lo mejor, es pararte y contemplar.
Cuando cae la lluvia sobre tu pelo, lo mejor, dejar que lo empape bien.
Cuando sopla el viento, lo mejor, dejar que baile contigo.
Y cuando te siento cerca, lo mejor, hacerme a un lado y dejante entrar... ¡Hola!.



II

Serpientes que se enrollan en mi razón y colapsan el entendimiento escupiendo veneno. Sentimientos que cruzan valles de desolación intentando encontrar la palabra te quiero.
Momentos que son ingratos cuando las voces callan y aúlla el silencio.   
Esperanzas que se van perdiendo sin tan siquiera tener el alivio de saborearlas un tiempo.
Escuela de pupitres vacíos sin  nadie que atienda esa historia por contar.
Trozos que es van muriendo dejando un regusto de porquería en el paladar.
Cariños que se tornan falsedad.
Amores que no delimitan nada real.
Estruendo en tus adentros…explosión de soledad.


III

Eres mi cielo en las mañanas más templadas y en las frías de puro  invierno.
Eres mi cielo en las noches de luz de velas y aquellas que nada emanan.
Eres mi cielo con las estrellas alumbrando y cuando los luceros se apagan
Eres mi cielo con la luna de la magia y la ventolera con su arcano.

Soy aquél que hace que brote en tu pecho el calor y el hielo.
Soy aquél que hace que las noches brillen o se mueran en silencio.
Soy aquél que te alumbra por completo o te deja sumida en el desespero.
Soy aquél que da luz blanca a tu vida y  la oscuridad a tu lecho

IV
Mentiras que van hundiéndose en mi pecho…como mil espadas punzantes, rompiendo, desquebrajando cada hueco.
Engaños que van marcando un tiempo, un diapasón que determina un movimiento.
Especulaciones morados intensos, destrozos en mis adentros.
Dudas, reproches… tormentos, la poca capacidad para reconocer los elementos.
Tus ojos… mis miedos… todo mirando a un solo firmamento. El que cierra por completo el veneno de tu cuerpo…
Odio… asco… es lo que siento, ante tantas ocultaciones como angustias siento.


V


Cuando la traición  abre la herida y deja brotar el pus y el veneno dormido
Cuando el escozor y la angustia es superior al dolor soportable…
Cuando las plegarias y las oraciones son meras palabras en un aire comprimido…
Cuando  pedir perdón no sale del alma, ni del corazón insondable…
Cuando entre tú y yo sólo hay distancias, vacíos y recodos deprimidos…
Cuando todo está perdido y las preguntas y  las respuestas… son innegables.


VI

Por todas las noches que me he dormido esperando un te quiero…
                Por todas las noches que me he dormido llena de llanto…
                Por todas las noches que mi corazón se ha partido en mil pedazos…
                Por todas las noches que he  deseando morirme por dentro…
                Por todas ellas hoy declaro, que he reventado.


VII


Almas inquietas, disolutas, sibilinas, románticas, dolorosas y soberbias…
Almas,  que van dejando regueros de tinta; de amores pasionales, de dolosas heridas, de pétreas miradas, de lacerantes huellas de vida.
Almas que duermen en yermos sueños, otras que lo hacen en fértiles sembrados; en cielos azules, en blancas nubes de encanto…dejando a su paso flores cual sonrisas
Almas cargadas de fe, almas impías…almas fatuas, almas sencillas.
Almas muertas, almas vivas…
Almas enjauladas pugnando por batir sus alas…esa es la mia, un alma libre atrapada en una jodida pesadilla…


VIII

Sucumbo ante la derrota de mi ánimo Soy liviana, me asemejo a una pavesa que flota en el espacio a merced del viento. Me elevo y me pierdo en el infinito del firmamento. Me cuelo entre las nubes, me escapo del trueno, me mojo con la lluvia y no siento miedo. Más sin embargo todo es negro, no contemplo el azul del cielo. Mis ojos están expuestos a la realidad que llevo dentro. Todo es bruno, mi mirada, mis manos, mi caminar eterno.
No tengo magia, ni encuentro satisfacción en los momentos ciertos, aquellas mañanas cuando despertaba serena y en paz, se han ido muriendo.
Quizá fui yo misma quien los durmió con nanas contenidas, con el afán de que no me hirieran  por más tiempo y tener un alma, más o menos limpia,  para irme  a la otra vida con los ojos secos.
Ahora, no siento calor ni frío…solo una angustia que agarrota mis sentidos. No queda libertad, ni armonía cuando todo está perdido. Pero lo más sofocante es no querer encontrar, bajo ningún dominio, aquello que se ha extraviado entre sal, dolor y desafíos.
La historia de mil vidas queda reflejada en la mía…a fin de cuentas no tengo elegancia ni exclusividad para llorar por mi propia apatía, mi falta de fe y mis desdichas.



IX



Pasos expectantes, una pregunta profunda queda  en el aire…la formula de un futuro en unas manos que desconozco, alquimia en estado puro… ¿será el destino?
La calma invita al huracán a hacer entrega de una pasión controlada y un cierto atrevimiento, cuando entre vocablos bellos se pierde ese punto que parece, que no es, que si es, que ya veremos…que no parece que sea. Que es, que es, que es…¿pero…?
La ambigüedad nunca fue mi fuerte… por eso te digo:
Alma, tu que te meces con la voz  de la razón, ve y dile…que me está volviendo loca.


*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*







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