Cada despertar, es los rincones más profundos, se despereza alegre la rosa que crece en tus dominios…abre sus pétalos comprimidos en su sépalo verde fresco, erguida en el tallo vivo, desprende el aroma que envuelve tu encanto divino, haciéndote un poco más diosa, quitando las escamas profanas de la mujer que alimenta las noches con sus amargas lágrimas.
Cada gota de rocío es un verbo consagrado, que refresca en los abismos el alivio inmaculado del color limpio, desenmascarado, el que está formado por todos los visos primarios… y va naciendo despacio una mirada diferente, que sin hallar luz ni sombras, es fértil…preñando con su alcance todo aquello que regalas, sensaciones y motivos, que impregnan las ventanas de dos fanales movidos por el desenfreno de recoger cada segundo vivido.
Y aun nacida en lo recóndito, bajo mil capas de suspiros, de alba sin mañana, de oscuridad sin sentido...revienta cada día atesorado la promesa, aprecias como emana una brisa serena, delicada…como un lamento, que te dice muy bajito…nunca me veras sin sol, por más telas que le pongas al viento.
*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos Reservados*
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