viernes, 25 de octubre de 2013

LUCES...



Acumúlame en tu recuerdo y déjame en un rincón, en algún lugar que no ocupe espacio, igual que el humo de una quimera que acaricia tu reposo. Sin prisa, suave, sin techo ni escalera…, sin ventanas abiertas por donde pueda filtrarme.
Envuélveme en el secreto que ni tu mismo conoces. En los pasados, en los presentes, en los llantos de acordes. En la lluvia, en la niebla, en las luces rasgadas de tu mente.
Hazme nacer todas las noches, para que luzca soberbia en el silencio, la exquisita capacidad de amarme…




*Rocío Pérez Crespo*

PRESENTACIÓN DEL LIBRO XX AÑOS RINCÓN DE POESÍA...





Esta noche, se ha presentado en el Museo Ramón Gaya de Murcia, el libro de Paquita Mártinez Merinos,  XX años del Rincón de poesía, de la mano de Juan Tomás Frutos.
Pues eso, que me ha tocado leer  dos prosas mías recogidas en el libro (con los nervios como escarpias, ea)

miércoles, 23 de octubre de 2013

EN EL SILENCIO FÉRREO DE LA SOLEDAD….




Quizá no encuentre un mañana y, mi conciencia, quede relegada a un pretérito desdeñoso donde unas manos tocaban el rizo blanco de mi vientre. En el estremecimiento de un goce cálido que se filtraba entre las piernas, recordándome la parte de mujer sensitiva abierta a una piel.
Posiblemente, mis ojos, se queden fijos en las letras grabadas por los constructores del mundo sin comprender su mensaje o, en el minúsculo brillo de una mota de polvo tocada por el sol.
Qué más da…
Si en el silencio férreo de la soledad, me desdoblo y me pierdo como el humo del cigarro que se consume lentamente en el cenicero.




*Rocío Pérez Crespo*

sábado, 19 de octubre de 2013

¡QUE VIDA ESTA!...




Vestida de encaje y pluma,
con paso solemne y frío
un misal en una mano
y en la otra un  rosario caído.
Afligida y cabizbaja
va de buena mañana
a rezarle al Nazareno
por los pecados capitales
del mundo entero.

Después de orar tres salmos
una letanía y dos penitencias
en compaña de comadres
recibe el sacramento
en majestuoso apocamiento
que tan Augusta forma representa.

Intachable y tan doncella
encamina sus pasos silentes
hasta el atrio de la iglesia…
Reunidas en corro formal
a lo pies de La Trinidad
empieza la información
de que oveja ha perdido el redil
para ponerla en salvación.

Que parece que la hija de la estanquera
tiene coliflores en lugar de sesos
pues calienta los andrajos a embusteros
y se presta para tal sofocación…
¡Que luego no se queje la ingrata!
de no saber de que gañan es la simiente
de su casta y, reniegue como una incauta
cuando ha sostenido con gracias
todas las entrepiernas prestadas…

Les falta cerebro y misa –dicen a coro
las beatas- y una buena mano de saber
quedarse en casa con las piernas cosidas
a la pata de la cama…

Y así pasa las mañanas entre campanas,
nuestra grácil doncella de alto lecho,
entre misas y chismes fandangueros
de comadres febriles con mucha elegancia

Pero llega la noche y todo se torna pardo
se cambia misal por candelabro
y velo por manto rasgado de poca tela
entrelazada…
Se cierra la puerta de delante,
se tapan los cuadros y,
cuando el reloj fija los cuartos
y no queda nadie por las calles
se oyen unos golpes pertinaces
que requieren la presencia de la dama.

Por la mañana enlutada;
por la noche rojo vergel
seguirá siendo sierva fiel
de todo aquel que pague.
Que como ya le decía su madre
en vieja tradición postrera,
cada vez que te lo laves
queda el potorro fresco
y estrenado para el que avale...


*Rocío Pérez Crespo*

Una vez más. Esta vez a petición de Helena.
Sonríe...













viernes, 18 de octubre de 2013

EN BRAZOS DE OTRAS....




Llueve abandono. Se filtra por los sentidos, restando vida a la mirada que se pierde en una mera baldosa, como si en ella estuviera reflejado el mundo. Un mundo que cabe en una baldosa…Fútil, húmedo e irónico.
Resbalan puras gotas de melancolía al notar correr por las venas la densidad de la abulia, a sabiendas de la traición, la razón sigue inerte nutriendo un sentimiento punzante que reduce a la mínima expresión cualquier acto de sensatez.
Ya no quedan rincones donde guardarse, ni capas de sonrisas donde esconderse. Ni manumisión posible para un alma que se muere ahogada, entre un cuerpo y una mente, que se niegan a ceder ante la materialidad constante de sus hechos.



*Rocío Pérez Crespo*



jueves, 17 de octubre de 2013

NO ME ESTÁIS DESCUBRIENDO NADA...





Momentos interminables, segundos que parecen horas. Miradas que se vuelven necias, voces que ya no ocultan sus antipatías.
Mi voz clama venganza ante el inconmensurable despropósito de estar aquí, en el centro de un círculo que no tiene núcleo. Soportando como se satisfacen con palabras prestadas que no llegan a destilar ni santiguándose o parafraseando una cita ambigua que nada tiene que ver con ellos. Recalcando con prepotencia un mensaje que siglos pasados un sabio dejó pegado en sus faldones, y que lo llevan pegado a la frente como si lo hubieran escrito de puño y letra.
Hoy, a esta hora, cuando los últimos rayos del sol se filtran entre las ramas de los sauces y las mulas, son meras estampas de infancias insostenibles, acentúan una vez y mil veces que el equilibrio, como la diferencia son estados imperturbables. Y no se dan cuenta, que nada los diferencia…Que la romana que los define, está inclinada a la derecha, en el lado opuesto del corazón.
Y es que, no se puede ser individual en un colectivo férreo de palmadas en la espalda, que cuando uno dice: ¡bicho! porque bicho es lo que percibe,  los demás corean ¡gusarapo! apuntándose un tanto por aplicar, sencillamente, un sinónimo que es menos prosaico. Más poético, con más métrica, más estable e infinitamente más perverso…



*Rocío Pérez Crespo*


miércoles, 9 de octubre de 2013

HELENA...






En el instante que rodó por tu cara
las sombras y la agonía del crepúsculo,
contemplé mi vida, en la lágrima clara
que empapó la almohada y preñó a la noche.

A mi lado, te convertiste en laguna
bañando de terca oscuridad los cantos,
carente del fulgor de las mil estrellas
que reflejaban tu luz llenos de lujo.

Te abracé rozando el miedo, tiritando,
urdiendo con tu pena el rígido llanto
que tendrá que alimentar con cada gota,
el nacimiento puro de tu sonrisa.

Crecerás en otra tibia primavera
colmada de turquesa confianza, de aire
con olor abisal a madera sana.
El camino donde tus pies sepan andarte.


*Rocío Pérez Crespo*