Bailar conmigo malditos y arrancarme en cada giro las ropas que se apoderan de mi cuerpo enclaustrado en este vestido raído… romper mi alma contra la hoguera y dejar que brote fresca mi lascivia y mi vehemencia.
Atarme las muñecas y poseerme en un grito fiera, quiero sentir por dentro lo que escupe la tierra y de esa manera flotar como debo y volverme tijera….filos cortantes que penetran en la fuerza englobando suelo y cielo pariendo sangre y flema.
En esta noche siniestra hágase mi voluntad…que pisen estos tacones la asolada enfermedad que nutre a la muerte en defensa propia de la integridad.
Uniros a mí, hacer fuente de vida, que corra por mi vagina toda la miseria que encierra esos posos asolados en sus cavernas… que troten como mil corceles, que sienta como penetran la parte mas hiriente de mi entrepierna y fluya como un torrente de lava naciente, la forma y los fondos de unos rizos dorados y unos ojos transparente… para darle al mundo la paz pertinente que se halla en la esperanza que nace de un vientre.
Ni ramera, ni sirvienta… solo una bestia que hace con su celo lo que le viene por ser hija de la orbe y respetar por equidad a la natura soberana que me dio integridad… no apaguéis el fuego, dejar que reviente en ascuas, que me sienta la mas santa con las piernas bien abiertas y la cara levantada, mirando a las estrellas y dejando que cubran con sus luces esta oscuridad atormentada…
*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos Reservados*
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