sábado, 14 de enero de 2012

DESTINO, NUESTRO DIOS ETERNO...


Brotó la sangre divina, o por mejor decir,
El icor; que tal es lo que tienen los bienaventurados dioses,
Pues no comen pan ni beben vino negro,
Y por esto carecen de sangre y son llamados inmortales.

Homero, (versos de la llíada, poema más antiguo escrito) 


DESTINO, NUESTRO DIOS ETERNO


Sangre de dioses, inmaculado néctar
Veneno terminal en mortales…


Espada en alto, bajando la cabeza sumisa reflexión,
De mis carnes brotando, fluyendo en espasmos
Ahorcadas situaciones por pasadas,
Simplezas en apresurado tiempo, sembradas con nombre propio
Cual círculo finito,  de mí vida temprana hora amarga

Batallas continuas, bocanadas sin respiro
Campos desolados, perdedores de esta última guerra
Eterna desde los comienzos del tú y yo, ahora vencidos.
Solo un ganador, invisible traicionero, caprichoso vividor,
De argucias y sorpresas valiente conocido,
Inalterable en su camino, privilegio eterno e inmortal,
Dios y dueño de nuestro destino…


*José Manuel Salinas*
D.R.


2 comentarios:

  1. Hola, compi en letras...sabes que casi nunca te suelo dejar comentarios por este lar, pero hoy lo voy a hacer...me ha parecido un poema radiante. Esas cuernas que nos mueven, que no tenemos ningún poder sobre ellas...seremos lo que la alineación de nuestras estrellas quieran, lo tenemos escrito y aunque tu me hayas dicho mil veces que el destino lo podemos, de alguna manera,moldear...siempre he tenido la sensación que no es así. Que tomes el caminos que tomes, será el acertado...porqué así está en alguna estrella escrito.
    Radiantes José...me ha gustado más que mucho y mucho más que demasiado...besos.

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  2. Bueno como ya conoces mis prisillas con el teclado, esto de no mirar cuando escribo, es una gaita..entenderas que no son "cuernas", son cuerdas...Siempre metiendo los dedicos donde no corresponeden...más besos y que tengas un día espléndido.

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