martes, 17 de enero de 2012

LA HUIDA...


Mejores artes decorativas que el paisaje le aportaba, no podía imaginarse. Ni en sus mejores sueños había sido capaz de evocar ese diseño tan perfecto, y esos colores que la naturaleza le regalaba.
Iba en el tren, rumbo a ninguna parte. Allá donde el destino la ubicase, se había prometido llenarse de felicidad. Comérsela a bocados, no llorar nunca más.
Una vieja maleta, los ahorros de una vida y ella.
Todo empezaba a cobrar sentido. Hasta la última bofetada que rebanó sus labios tenía un extraño mensaje. Y esa carretera que la alejaba de su lugar de nacimiento, era para Ana,  una ventana abierta al mundo.
Ya no tendría nada que temer,  nada por lo  que ocultarse.
Se quitó un guante cuando su móvil sonó en las profundidades de su bolso. Miró la pantalla, era él.
Una vez más sintió el escalofrío del miedo apoderarse de su garganta, una vez más su cuerpo se mojó de terror. Una lágrima con sabor a inquietud, rodó silente por su cara. Quieta, mirando el teléfono se dijo a si misma que jamás la encontraría. Era una promesa hecha a Dios y la iba a cumplir. Por ella, por ti, por todas.


 


*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos Reservados*

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