Despojada de ropa, en libertad suprema, me trasformo en amazonas para cabalgar a horcajadas por los valles de tu cuerpo.
No sé si es el eco al chocar en la montañas de mis senos o acaso el viento que mece los árboles de nuestro cielo, pero escucho en algún rincón incierto tu voz excelsa en un frágil lamento…mi niña, ¡como te quiero!
Y me hago más tuya, más mía, más de nuestros momentos…tu universo, mi casa; tu sol mi reflejo…tu pecho mi cama, tu tierno corazón mi alimento.
*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos Reservados*
(Imagen bajada de la red)
Qué preciosidad niñaaaaaaaaaaaaaaa, vaya belleza!!!Me encanta leerte querida amiga...
ResponderEliminarBesitos de corazón
hoy mas preciosa
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