viernes, 13 de mayo de 2011

SAL PARA UNA OLA...


Vas profanando mis pasos, sibilino y autoritario. Teniendo todas las prebendas has usurpado hasta el último recodo de mi confianza.
Escucho ese violín que suena no se donde, con la mirada en ninguna parte y un solo pensamiento. Soy una tarada, sin formas ni manejos, análoga y proclive al deliquio  de tus besos.
Me comporto ponderadamente en la intimidad de mis sesos, más el corazón baila con una ígnea pasión cuando evoco tu piel atezada, esas canelas que forman tu espalda. La hierbabuena  de tu boca, las lilas de tu voz soñadora.
Y me siento más pequeña, más enana, al darme cuenta que no soy capaz de olvidarte en pos de mi calma. Que necesito ese gesto, esa palabra para afrontar los días y vencer las fantasmales noches sobre mi almohada.
Acidia al contemplar mi alma quebrada…aunque soporto dolor no sé apartarme de tu calida estampa.
Sabiendo como sé, que por más que me esconda, serás como el Mistral, azotando con tal furia que allá donde me encuentre inexorablemente siempre estarás presente.
Opulencia de unos sueños, oprobio  fehaciente ante la  realidad que me sostiene.


*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos Reservados*
(Imagen bajada de la red)

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