sábado, 31 de marzo de 2012

ERES MIO...






Déjame sentir  tu aliento sobre mi cuello.
Esos labios ardientes llegando calientes hasta mi boca,
silenciando las palabras, dejando un reguero de savia,
que cubra mis sentidos al paladearte con tantas ganas.

Sintiéndote…

Toca mi cuerpo con esas gracias que despuntan por tus yemas.
Vísteme con tu piel, hazme tuya en la cama,
que me abra con una rosa fresca y lozana, otorgándote
la dicha de penetrar en mi alma…

Amándote…

No pares de cabalgar por mis llanuras. Quiero apreciarte,
donde las entrañas guardan sus profundidades
y, nadar en aguas saladas aferrada a tu santa espalda,
cruzando mis piernas a la altura de tus  gráciles caderas.

Gimiéndote…

Besa cada parte de mi piel como si fuera la primera vez,
rompiendo en los albores la magia de tu querer,
devorando cada suspiro de vehemente dicha, como,
si fuera la última vez que nos alimentamos de nosotros mismos.


*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*





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