domingo, 3 de junio de 2012

MAÑANA...





Atiendo a las palabras que llegan envueltas en  un viento azul, cálido y complejo, asentándose  entre los pliegues de mi falda.
Me traen el supuesto suspiro forrado en anhelos de una piel que palpita,  la fragancia eterna de dos cuerpos emanando sudor; el color divino sellado con lacre en la carta que jamás se envió…me alcanza tu hambre, tus desvelos, tu presencia…la singular belleza que guarda el corazón.
Una mariposa de rancio viso estimula el presagio de un venidero usual y, sin poder evitarlo una sonrisa se escapa, una luz aviva la mirada y unas ganas despiertan en algún lugar. El pálpito que golpea mi pecho acuna a la niña dotándola  de fe.
Y es entonces cuando miro ese cielo uniforme que entre sus nubes esconde lo excelso de su grandeza y comprendo que el sol sale para todos, solo es cuestión de saber mirar entre la espesura, de hacerle caso a lo que el viento te regala con su voz profunda y limpia.
Será mañana, o quizá mañana…no lo sé, pero ser: será.


*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*

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