viernes, 24 de febrero de 2012

AQUELLA NOCHE...




Entre el suelo y el cielo encontré la dicha, los ojos más profundos, el alma más limpia. Me preguntaste si te quería, te dije más que a mi vida.
El gris del cielo se transformó en arco iris, cuando noté en tu cara el adormecido carmesí que te ruborizaba, y mis manos te tocaron como se toca lo más sagrado, sintiendo latir en mi cuerpo lo que se agitaba  en tus adentros con olor a hierbabuena, con esencias  de naranjas.
Te pregunté si me amabas con los ojos muy abiertos y encogidita  de miedo. Entre la bruma y la palabra, el verbo se hizo escuchar en tus labios de plata, y me sentí tan grandiosa como la luna que nos miraba. Aquella noche de ritmos y de guitarras entre nubes del algodón y suelos de escarcha bailaron los cíngaros hasta la madrugada.
Una cigarra cantó entre las ramas y un cometa atravesó la noche estrellada, dando luz y siendo testigo cuando te entregué mi alma, que pasó  a tus dominios como una rosa blanca.
Mi sangre es tu sangre, tus ojos mi mirada, tus píes son mi camino…tu cuerpo mi cama.
Al tenerme enfrente pierdes la dudas, yo cuando alcanzo tu pecho no me queda ninguna…bésame eternamente y no digas nada, deja que lo sueños revienten en alboradas.


*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos Reservados*

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