domingo, 15 de diciembre de 2013

VACUO ESCRITOR...




Sensata palabra que escucho de tu boca realzando unos valores agónicos. Plañido de mil cruces y una senda que  ha marcado el ritmo de infortunio.
Ya no te acoplas a mi cuerpo vibrante, ni siquiera das calor a mi lecho. Mis pechos se yerguen sofocantes buscando otras manos, otros anhelos.
Decae la luz de las luciérnagas, aquellas que bañaron con sus reflejos la piel de tu espalda, las yemas nacaradas del recuerdo.
Ya no queda nada por descubrir en ti, lo que queda expuesto es un despojo barato de lo  fue en su momento otras causas, otros motivos,  otros aciertos.
Se consumió la pasión como las velas del cementerio.
Tardo, has sido tardo en darte cuenta de tantas cosas. Ahora las mañanas despiertan solas sin tu presencia. No quedan ocasos, ni tampoco limpieza y la única palabra dicha a la cara, llega como tú…tardía, vacua y abigarrada sin una gota de esencia.
Tartamudeas…
Hueles a tiempo, a demasiado tiempo.



*Rocío Pérez Crespo*

2 comentarios:

  1. Me quedo con ese final, con ese increíble final: "Hueles a tiempo, a demasiado tiempo." Denso, hermoso y doloroso.
    Un besazo, querida Rocío.

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  2. Pues todo tuyo.
    Más gracias por tu presencia y, otro beso grande.

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