domingo, 29 de septiembre de 2013

ME TUVISTE UN SEGUNDO ENTRE TUS BRAZOS Y UNA ETERNIDAD EN EL OLVIDO...




Se consume la paciencia como se agota la noche, en el quebranto de un suspiro que deja otra estría en la grosera oquedad que me absorbe.
Estática ante el quejido que muerde, juntos las manos en una impía reverencia  calcinando el oprobio de esas palabras que yerran al ser pronunciadas sin sentimiento…
Se desviste el alma jalonando una marca donde  se enerva la raíz de mi existencia, y delante del punto mortal asoma insolente la inconsciencia o, quizá sea, la más pura conciencia.
Y vuelvo a suspirar una vez más, y otra…y una tercera y, vencen las ganas quedando libre de la cárcel que llevan las mareas…Dejo escapar el grito que revienta la voz austera de ese compendio de moralidad que relata como una melopea, las serenas evocaciones de un Eros sin cojones.
En el próvido momento de ese falaz te quiero, el cuerpo arde y la boca quema. El mundo se torna ceniza y la rosa, que hasta ayer era del color de tus mejillas, enardece su tono hasta convertirse en una negra y hermosa hija de puta.



*Rocío Pérez Crespo*



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