viernes, 18 de noviembre de 2011

LA NEGACIÓN DEL SENTIDO…



Vengo a ti ésta noche, con el sentido abierto y la espalda llena, rogándote que me ayudes con este peso que me clava al suelo, que  no me da tregua.
Estoy viviendo despacio y muriendo deprisa; soy la mácula en la corola, el nombre que no se menciona, la mujer oculta tras una cortina.
El tiempo invertido en nanas de mentira, suena como una melopea tremendamente aburrida; el beso dado al aire dejó mi boca vacía… la caricia se tornó pavesa elevándose con el viento, dejándome las manos muertas.
Me dijeron que los secretos eran gusanos que se comían las tripas. Perforando en las intimidades, haciendo cavernas, cargándolo todo de larvas, de babas, de mocos y escaras… calaveras que se vuelven majaderas mirándote a la cara con sus cuencas secas.
¡Maldita soledad de mierda!...que me haces llorar de pura impotencia.
¡Yo y mi tremenda osadía!… ¿a ver a cuento de qué, tuve que medirme con la vida?
 Aquí, en lo más profundo,  guardo uno que me está tragando día a día;  me corroe por dentro tornándome oxido y porquería…sintiendo como rompe en el paladar el sabor espeso del fierro  que emana adusto e iracundo… que me intoxica.
Hoy con esta genuflexión me confieso, Cristo del buen perdón; quiero volver a ser libre y que mis alas agiten los cielos de la razón. Planear de nuevo sobre mares de corales y sentir al dormir que sueño de pura emoción…quiero redimir mi culpa y dejar el baúl abierto, que todos vean el secreto que tanta herida dejó…
 Hoy,  sencillamente quiero obturar  mi corazón y de paso, dejar que se escuche, como una liviana canción, los sonidos del silencio que guarda  mi voz.



*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos Reservados*

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