viernes, 28 de junio de 2013

212...




Se durmió la armonía. Se apagó la música secando la corola de la rosa, desnudándola del color que la embellecía.
El silencio se ha tragado al silencio en una bruna caricia cargada de lágrimas y, la tibia ternura que cantaba amores, se ha quebrado entre mis dedos cuando el dolor ha invadido el corazón.
La noche ha entrado por la ventana velando a la vida, posando sus sombras en tu cuerpo, cerrando de un portazo todas las puertas que llevan tu nombre.
Fijo la mirada intentando hallar el camino de vuelta a casa...mi casa, papá. Y lo descubro en tu pecho inerte; helado momento de desesperación que me hace pequeña y me llena de miedo, que me enfrenta a una realidad hiriente que me siega el aliento, doblegando a la capacidad de una incapacidad siniestra, oscura...Sin color.
No hay cruz ni plañido que aplaque el sufrimiento, ni sueño que minimice el sentimiento...ante la verdad que me envuelve solo veo a un hombre bueno que me regaló tanto amor como amor se lleva dentro.


*Rocío Pérez Crespo*

A mi héroe.

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