domingo, 27 de octubre de 2024

HIELO

 

A ti, que te gusta la poesía, los acordes, la grandeza.

A mí, que descubro cada día el límite, el duro tacto de la apariencia.

A ellos, que añoran la estrofa que sale de tu boca.

Mírate en el espejo, hombre de hielo, desquebraja ese corazón que

crees tierno y,  aprende a mirar a tus demonios a la cara.

El tiempo, ese ingrato que permite adivinar la estructura insignificante de una mentira, que se pasea alegremente por el vértice de la experiencia y, acumula en sus años la sapiencia de lo que no se debe hacer. Y probablemente ni decir.

A ti, que no sabes dar palos de ciego

A mí, que te  miro y entiendo la poca esencia que escondes

A ellos, que se corren con la mera sensación de tu perfume.

No dudes, o duda, porque la vida es eso, saber y no saber, intuir y jugar a ese juego cruel donde no hay vuelta atrás cuando te sale un uno en el dado.

Decadencia vestida de seda, una grandeza infame que guarda en el cajón, el polvo asentado de la absoluta mediocridad.

 

 

Rocío Pérez Crespo.

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