domingo, 22 de marzo de 2015

LOS COLORES DORMIDOS...




Ahora que se me agotan los afectos y la ambigüedad desaparece entre causas y héroes,
fluye incesante, como un río bravo, el duende y el sortilegio de una realidad anónima. Apátrida de tu vientre, sin enclave, cesa el verde de mi tierra y el blanco de mi nación.
Con los bolsillos vacíos avanzo por un mundo que no me pertenece. Ya no pisaré el suelo manchado, ni nadaré por aguas turbias y, los colores dormidos, quedarán así…por siempre.
Más sé, que ya no en mi horizonte,  tiembla el discípulo del viento que en su día trajo a mí una lluvia de amores…



*Rocío Pérez Crespo*

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