martes, 21 de junio de 2011

VENCIDO...



Me abruma tanta soledad…me deja como el cartón.
Estoy mirándote a los ojos…son de un esmeralda intenso, más brillantes que de costumbre, serenos y se hasta lo que piensas en estos momentos.
¡Pobre viejo de sesos secos!... y quizás tengas razón, porque por más que lo intento no consigo hilar mis pensamientos.
Por más que recargue el tintero con las esperanza de machar el blanco folio, el plumín aunque untado, sigue quieto.
Ya no me salen aquellos versos… aquellos cantos de amores, de bailes intensos entre dos corazones surcando el cielo.
Ya no queda nada… ni palabras, ni poesía, ni conmiseración. Solo un poeta viejo que mira tus orbitas fijas en mis perneras gastadas y sucias… y nota que no te importa si voy o vengo… tantos años juntos para esto.
Mientras tengas la ingestión que te hace cómodo seguirás a mi lado como fiel compañero…siempre fuiste un ingrato, lo que tú ama me dejó en su santo portazo.
Pero no arremeteré contra ti micho de pelo ralo atezado, es la impotencia de un anciano lo que me hace sentir así de vano.
Ser incapaz de hilvanar dos palabras con sentido y mirar día  a día como el papel sigue inmaculado… solo una mancha de aceite en el vértice mas alejado de mi mano, restos de la comida de ayer… que entre humeante y anodino ingerí delante de este viejo escritorio con la esperanza que al calentar mi estómago también calmará mi testa desgastada.
No es apatía… lo sé… es sencillamente estar subyugado. Cuando un poeta está seco ya nada tiene color, ni sentido.
Ni tu mirada felina me provoca… solo una ignorancia y, el saber que la locura no es más que hablar con un gato en lugar de hacerlo con la pared.
Más lo intentaré otra vez… y hallaré la forma de conseguir mis últimos versos antes de entregarme por entero al mundo de los no recuerdos. Me han dicho que se está bien en ellos… total para un minino y una casa llena de herrumbre…mejor dormir entre raso aunque sea pasto de gusanos.
Te dejo a cargo de todo esto, que aunque no has valido para mucho, por lo menos he tenido el consuelo de unos fanales mirándome fijos desde el suelo, que a la postre es mejor que inventarlos sin verlos.
Yo sigo a lo mío… así que aparta tu mirada de una buena vez… come de tu plato y duerme enrollado en una bola junto al dintel, como haces siempre, no quiero que seas testigo, cuando llegue, de ver como babeo… déjame que me concentré y por una buena vez  no seas mi conciencia y la herencia de aquella mujer que amé. Que me dejó desecado de todo, hasta de componer… me examinaba igual que tu, con desden.
¡Vaya!... esto duele. Una ironía más antes de desaparecer…me tengo que reír…poseo hasta la mala suerte de haberme envenenado con hiel. Para una vez que me decido… en fin…. aguantaré.
Hundiré de nuevo la pluma y me iré como lo que siempre fui… un poeta que cantó a la luna los mil desamores de su padecer.

 Azalea que revientas en la madrugada
 Y eres el despertar sereno de mi amada
Llénala de tu fragancia…
Y haz que me recuerde como el poeta
Que en una alborada intensa de violetas
Le juró amor eterno hasta su doloroso  desaparec….

*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos Reservados con numero de registro*
(Imagen bajada de la red)

2 comentarios:

  1. Un verdadero disfrute y con el aditamente de un remate poético.
    Felicitaciones.
    Saludos desde el sur

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  2. Muchas gracias, enletrasarte...para mi es todo un honor tus comentarios...besos.

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