Te he esperado…
En los atardeceres anaranjados de
mi tierra, cuando el cielo se hacia dueño del horizonte y dejaba un aroma
intenso a romero. Sentada en los tejados, iba anotando en mi libreta tu lindeza
y mi agonía, entre lejanas sales marinas y vientos de oeste cercanos.
Te seguí aguardado…
En las lluvias que desprenden las
hojas de esos rojos otoños, puntas de estaño que cubrían mis ganas con
melancolías, haciendo regueros de tinta y poesía, paseándose holgadamente, entre
sueños de esperanzas y realidades de mentiras.
Siempre mirando al sur…
Llegaron las nubes tapizando mi
techo, calladas y solidarias vistieron mi pelo, y un minuto silente y eterno
rompió en mil pedazos el viejo diario y el ramo de sueños. Entre surcos
tatuados por el tiempo, solo dejó la semilla del recuerdo.
Y aquella primavera…
Regresó para hacer brotar aquél
grano que se quedó rezagado entre estados y momentos. Igual que los ababoles,
el pigmento volvió a mis mejillas y el castaño a mi cabello. Pegué cada
fragmento de lámina y rescaté entre los
escombros el vetusto tintero, para dibujarte con mis dedos y vagar por tus adentros con la fuerza de los
remolinos que traen los vientos hechiceros.
Por fin te encuentro, eres tú.
* Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*
me pareció notable, de verdad
ResponderEliminarsaludos
Mil gracias Omar...besos.
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