Me lías, me lío, subo, desciendo.
No sé que me está pasando. Es la turbulencia de querer y no poder o de poder
y no saber. La sensación abigarrada de la confusión, de la equivocación, de la
falta de información.
Te miro, me miras, me sonríes. Y
no es nada y es mucho, se restan los segundo se suman los minutos, las horas se
acortan, el tiempo se para y luego de golpe todo vuelve a su origen. Millones
de distancias, mundos de incógnito,
sibilinas estancias…espejos, cristales, periodo opaco, huracanes, serenidad…
¿Qué pasa?
Soy, no soy. Te extraño, no me
acuerdo, estás, dejas de estar y te sigo viendo, siempre te veo. Te veo en mi
vida, en mis sueños, te veo en mis temores, en los terrores y en el mismo
miedo. Me convenzo mil veces cien que el error es mío, por reflejarme en un
sentido donde no me siento captada y, de pronto llega algo que de nuevo me
presta el sueño y me rompo, y crezco y me caigo y desaparezco.
Minimizo…se quiebran
las ganas.
No padezco obsesiones pero me
obceco contigo y me pregunto hasta ahogarme en lágrimas… ¿me lías o me lío?
Sé, que no me he engañado tanto,
hasta ahí llego…pero ¿llego?
Sea como fuere, me digo adiós y llamo al olvido.
*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*
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