Si no quedara tierra que pisar,
ni tiempo en un reloj. Si en la eternidad de un nimio fragmento se quedaran mis
vértices doblados, o si en la radiante luz del día aconteciera soberana la
noche para cubrir con su espesura la mirada puesta en el horizonte, entonces…
Si al mirarte no te viera, ni
fuera capaz de escuchar tu canto…si al pasear por tus verbos sintiera huero el
sentimiento y una punzada de indiferencia meciera mi pecho, entonces comprendería, que aquí
dentro, donde guardo el secreto,
llegaron raudos los vientos del olvido…
*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*
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