No hay caminos que borrarle a la
vida, ni estrellas que bajar del cielo. Aunque todo gira bajos mis pies, lo
inerte salpica mi conciencia dejándome expuesta a las miradas sofocantes que
pasan por mi lado.
Posiblemente no he tenido suerte,
pero… ¿Qué es la suerte?
La lucha disparatada que libramos
todos los días, buscando entre cenizas la equidad entre la razón y el corazón,
para dejarnos exhaustos, descansando en una piedra erosionada por la gota incesante que provocó
su debilidad.
Los juramentos a nosotros mismos,
las promesas a los demás; se tornan palabras hueras cuando en nuestras manos,
todo es evanescente, es una melopea aburrida que corta el flujo de la sangre y
nos deja helados.
Lo increíble de la situación es
que nos sentimos ganadores y quizá lo seamos.
Hemos vencido, sí, en un mundo
donde el sol calienta a unos más que a otros. Dónde la sed quiebra las
gargantas y aún con todo, de la tierra agrietada vemos, con ojos asombrados,
como nace una flor. Fresca, sola, hermosa, natural… Y todavía tenemos la osadía
de preguntarnos cómo es posible.
Entonces nos paramos a pensar,
que nuestra única fuerza radica en la pureza de un sentimiento, que la
inteligencia no vale para nada cuando hacemos de ella una valla fortificada
donde no permitimos intrusiones. No somos nada porque nosotros mismos cerramos
con llave lo genuino.
Así qué…no me hables de
supuestos, que de eso tengo las manos llenas, simplemente, acércame a tu pecho
y háblame de amor.
*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*
muy, pero muy bueno
ResponderEliminarsaludos
Mil gracias Omar...besos.
ResponderEliminar¡Precioso! ¡Me encanta!
ResponderEliminarMuchas gracias María José...un beso enorme.
ResponderEliminarBellas letras Rocio que nos situan en ese punto exácto donde, de nuevo, el corazón gana a la razón. En ese punto donde el ser humano se reconoce como tal; ese punto desde donde si es posible seguir avanzando en la persecución de nuestros sueños. Enhorabuena.
ResponderEliminarCálidas sonrisas
Gracias Juan, tu comentario halaga, que lo sepas...besos.
ResponderEliminarQuerida Rocío; veo que tu inspiración no surge de lo sutil
ResponderEliminarsino de tus propias experiencias vitales que plasmas en cada palabra, en busca de ese horizonte que a veces tornas
en lejano y donde poder hallar para tí la razón y la respuesta a tantas cosas. Sin duda para mí el revivir de
tus anhelos y propósitos está en tu propio yo. Te felicito
y sabes que lo hago con la mayor sinceridad y afecto.Marcelino
Que alegria Marcelino...mil gracias de corazón por pasarte por aquí y dejar tus palabras. Ayudan...un beso.
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