lunes, 30 de abril de 2012

MIEDO...





Se acumula la sangre con la espesura de las babas, entre remiendos y zurcidos que no soportan los envites del tiempo.
Tú, alegre fantasma, que te paseas por mi vientre con la llaga latente de la remembranza. Apostillando en cada entrega  esa esperanza, que se viste de verde por arriba y de bruno intenso por sus faldas.
Cuando el color muerde la tierra y se transforma en silentes muestras, mis ojos se clavan en las ventanas intentando encontrar en esa nada, una señal que me permita coser mi manta para ocultarle al mundo el intenso frío que soportan mis entrañas.
Las estaciones van pasado ante mis ojos como los neones de un burdel, tan estridentes, tan prosaicos, que es difícil apartar la vista y fingir que no existen. O convencer a mis sesos, que el ígneo parpadeante y embustero, es un hermoso rosa pastel que no daña, ni acumula desden.
Trago una saliva espesa que sabe a mierda por defecto y, al caer en las tripas se expande infectándolo todo de un tósigo activo que cubre y corrompe hasta lo más sagrado. No vale escupir, ni tan siquiera vomitar…
Los días van pasando y, yo me voy muriendo un poco más, sin encontrar razón alguna para no poner resistencias…



*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*

domingo, 29 de abril de 2012

TÉ, PROSA Y VERSO...ea.



Una tertulia encantadora, con duende, con mucho duende...

UNA MÁS...VI





Esta mañana de viernes, que sabe radiante, al volver de desayunar, he descubierto en uno de los laterales de La Catedral una pequeña, pero muy pequeña librería donde  venden libros antiguos y de segunda mano.
Al entrar en ella, me ha cubierto esa sensación de antaño; cuando siendo niña me colaba en la biblioteca de mi pueblo a experimentar entre sus baldas todas las sensaciones que me eran permitidas.
He encontrado uno de Chaucer, que lo he leído recientemente (de nuevo) pero curiosamente no lo tengo en mi gran tesoro (pequeña biblioteca) así qué, ni corta ni perezosa, lo he comprado; con esa sensación interna que se produce cuando se consigue lo que se quiere o sea, sin frustraciones.
Me ha chocado, arrancándome una sonrisa, el entorno clásico, austero, recogido, casi agónico, con el ordenador del dueño descansado altanero sobre el mostrador. Desde luego, hay cosas que nunca casaran por más empeño que le pongamos. He pagado mi libro y, al  despedirme del señor que tan amablemente me ha atendido, mis ojos, éstos ojos que cuando están rodeados de belleza se empiezan a desprender,  se han tropezado de frente con un Fausto que estaba  colocado en el diminuto escaparate,  francamente me ha resultado más que provocador, al punto de pensar que si estuviese en mis manos, me lo llevaba a casa, seguro que luciría mejor. No ha pasado desapercibida mi reacción ante el dueño de la librería, qué con un brillo especial  ha dicho: es toda una maravilla, lastima que unos pocos solamente reparen en ello.
“Cuatrocientos euros ahora mismo, es una pasta que no me puedo permitir”
Al salir de nuevo a la calle, he respirado profundo el aroma, el calor, el sueño, la distancia, la risa, los amigos, la soledad…todo ha regresado a mi piel.
He bajado por Traperia casi con la indiferencia de quien pasea por sus calles todos los días, llegando a la Plaza de Santo Domingo para darme cuenta que en ésta mañana me apetecia mucho más el color rojo. ¿Por qué? ni idea, supongo que los humanos somos así de raros. En un segundo aparece un cosquilleo que te dice que mejor un lugar con más flores o más privado o más escandaloso…no lo sé.
Eso sí, sin pensarlo mucho, he desandado el trayecto, he atravesado la Plaza de Belluga, para sentarme en una cafetería rodeada de geranios rojos, preciosos, aunque no me guste  el aroma que desprenden. Me abruma. Pero sin embargo me gusta y mucho el paisaje que ofrece ésta hermosa Glorieta, por lo tanto compensa una cosa con la otra.
Ya sentada, en un espacio con sombra cerca de una palmera, he pedido un café con leche. Mientras espero mi consumición viendo el ir y venir de las gentes me ha llegado a la memoria el libro que estoy leyendo. Bueno, más bien me lo ha traído de regreso, la pareja de ancianos que están desayunando a mi lado. El lleva pajarita sobre una camisa que en su estreno era blanca y, ella un vestido a flores que hace juego con los parterres de geranios. Un algo escandaloso en sus colores, pero no deja de ser un toque personal, que a fin de cuentas, es lo que importa. Se les aprecia con esa complicidad de una vida entera. Ella lo ha ayudado con la aceitera y, él le ha contestado con  un gruñido que ninguna mella ha dejado sobre su compañera. Cómo el que oye llover una tarde de lluvia, pasando de idioteces supinas. “Di misa, pedazo carcamal”.
Anoche, en la soledad de esa habitación de hotel, me reafirmé  entre páginas y páginas, que el amor no tiene edad. Lo que sentí al comenzar la historia, ese momento casi tétrico de la tristeza que producía la escena, se fue difuminando con esa melancolía de una vida de cara al escaparate,  tremendamente vacía para sus protagonistas. 
El amor es lo que mueve el mundo y, lo que nos da la fuerza, la voluntad y la fe a cada humano. Sin él, no existe la plenitud…y aunque se tarde cincuenta años, los corazones que se han amado con esa fuerza, con ese ímpetu, con esa armonía total, terminan por buscarse y por encontrarse, aunque solo sea para morir juntos. Hermoso pero trágico.
En realidad somos sencillos para entendernos a nosotros mismos, pero francamente complicados para hacernos entender. Nos da tanta vergüenza decir lo que sentimos, dejar nuestros sentimientos al descubierto; que nos quedamos en esos hilos suspendidos durante años y años, haciendo profundas oquedades en nuestro interior. Alimentando las carencias de una forma brutal  a  sabiendas que ni tan siquiera se intentó y, por ende, culpando a un destino que igual hizo su trabajo y se quedó esperando que nosotros hiciéramos el nuestro, para compensar esa balanza que no somos capaces de apreciar.
Trae el café con leche y salgo por unos segundos de mis pensamientos.
Hoy no regreso en el autobús de las doce y media, sino en el de las nueve de la noche. Ayer tarde lo pasé genial con mi gente en una cafetería que me costó encontrar una eternidad. Fue una tarde-noche distendida, hermosa, muy amiga, llena de encantos. Me gustan esas reuniones, las disfruto como nadie. Tengo una carencia importante de compañía…siempre ando sola. Eso sí, aquí aplico una cita de Shakespeare…nunca dudes que amo y, yo añado, por más soledad que veas en mi.
Ésta tarde tengo “Té con poesía” una tertulia literaria en casa de una amiga, donde el ambiente, la conversación y la poesía obran el milagro de la cercanía. Momento que también me gusta, todo lo que sea cercano y personal, me gusta.
Me gusta reír, mirar a los ojos, saber que soy parte de un proceso de unificación.
Estoy esperando a mi hermana, gracias a ella, he decidido quedarme.
Y vuelven los pensamientos…con esa seguridad que me dice que me estoy perdiendo lo mejor de mi edad. Lo que me gusta, lo que quiero, a quién quiero. Estoy tan lejos de todo, tan sumamente lejos que ya no puedo medir las cosas ni por distancias. Es un abismo.
Espero, no ser yo como la protagonista del libro que me estoy leyendo ahora, no quisiera pasarme lo que me resta de vida, pensándote, añorándote y preguntándome…por qué nunca te dije mirándote a los ojos: eres tú. En lugar de conformarme con la creencia absurda y obsoleta que tiene que ser el hombre quien de el primer paso. Si la respuesta es no, el corazón y el cerebro confabulan para hacer pasar a otro estadio y olvidar el agravio y la desazón. Mira tú si es sencilla la cosa. Pues no, nos agrada meternos de cabeza en esas telas de arañas.
 El amor… ¡dichoso amor de los cojones! Que levanta corazones o los llena de podredumbre hasta las trancas conformando a golpe de maza una vida. No es justo, joder…no lo es.
Tendríamos que tener una especie de luz incorporada, cómo la que tienes los parking. Ocupado, libre…pero ni aún así. Porque luego queda que tus sentimientos sean los mismo que los de él. ¿Probabilidades?...una aguja en un pajar, ea.
Creo que nunca llegaré a comprender, el forro tan grueso con el que nos vestimos para disimular la piel que habitamos y, tengo la seguridad, que si hiciéramos las cosas más naturales y mucho más sencillas, no habría tanto sufrimiento, pena y desconcierto en las personas.
Estamos cargados de “vitriolo”.
Pero nos gusta lo complicado, somos incapaces de sentarnos en la piedra que nos oferta el camino, tenemos que andar kilómetros para hallar un confortable banco que posiblemente esté astillado…
Burros, somos burros.
Veo llegar a mi hermana, le hago una señal con la mano para indicarle que sigo viva, porque con las horas que llevo esperándola, es para estar muerta.
Se sienta a mi lado; tiene unos bonitos ojos verdes, me gusta cuando sonríe. Se difuminan mis pensamientos, regresa el color rojo, la luz, se callan mis voces internas… escucho la suya.



*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*



sábado, 28 de abril de 2012

ALGO DE OTRA ÉPOCA PARA TODAS LAS ÉPOCAS...


Duda que sean fuego las estrellas, duda que el sol se mueva, duda que la verdad sea mentira, pero no dudes jamás  que amo.

William Shakespeare

FELIZ FIN DE SEMANA A TODOS...



Un fragmento tan hermoso y tierno, como duro y  terrible...es un compendio para admirar.
Bellísimo.

UNA REFLEXIÓN...



Entre el verde que alimento y, el azul que me cubre, soy capaz de cerrar los ojos e imaginar el turquesa más sereno. Es casi, como sentir que alguien, en alguna parte, pronuncia mi nombre en voz baja con un mínimo de ternura, haciéndome, casi sin pretenderlo, parte activa de su corazón.
Te presiento.
Dicen, cuentan...que cuándo sientes eso dentro, es que está pasando y, las corrientes naturales nos acercan con esa energía vital a pensar que nos piensan como nosotros pensamos en esa supuesta persona, con la misma intensidad  y, yo me pregunto:
¿Es esa parte romántica que todos tenemos dentro escudándonos en ella para calmar ciertas ansiedades y no parecer idiotas, o, simplemente las ganas que eso ocurra para unificar lo que está brotando en tu interior y tener esa paz, esa voluntad, ese futuro turquesa?
Porque lo más seguro es que se haya confundido un peral con un manzano, es sencillo si no conoces el árbol y, estés elaborando recetas magnificas de una simple equivocación. Para la tarta de pera, se necesita menos azúcar, por ejemplo.
Yo te pienso y, más que pensarte, es mucho más. Eres pura magia en mi vida,... pero, seria una presunción tremenda por mi parte, creer que tu lo haces conmigo por la sencilla razón de hacerlo yo.

*Rocío Pérez Crespo*

jueves, 26 de abril de 2012

ALGO ESPECIAL...



Hoy os dejo un fragmento de La Traviata, mi opera favorita y,  este vídeo al cual  le tengo un cariño especial.
Espero que lo disfrutéis tanto como yo.

UN SILENCIO QUE GRITA...




Se  parten las palabras, se ablanda el legado. La coraza empieza a caer a trozos grandes, ya nada me cubre.
Liviana por fuera y tremendamente cargada por dentro.
Asumo…sé y, de alguna manera, siento miedo.
Miedo a estrellarme en mis creencias, miedo a errar en el intento, miedo a que tus ojos miren hacía otra parte y los míos encuentren ese vacío siniestro que choca contra la pared…miedo a ser un punto lejano sin referente. Sin horizonte, frente a frente con el puro desden.
Crece la niña, mengua la mujer…
Voy de sorpresa en sorpresa, rasgando precioso lazos de paquetes que no llevan destinatario y, eso es un algo osado, tanto, que me descubro mirando un punto indeterminado de este maldito suelo, y con cara de imbécil decir en voz alta: Dios mío, cuánto le…
Calla, calla…cállate.


*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*

lunes, 23 de abril de 2012

MERECE LA PENA...



Espero que os guste tanto como a mi...besos.

DON JUAN DE LOS INFIERNOS...




Frívolas son tus palabras en mis oídos…ya no escucho,
cerré las puertas de mi conciencia…
Porfía que te hace más enano en tu verborrea,
aplacando los demonios que alimentan tu mendacidad.

Impío por sangre impuesta, absoluto devorador de carnes trémulas
emulas a donjuanes de tercera, más no tienes carisma ni entrega.
Donde unas ligas rocen tus manos, tu boca hallará audiencia,
donde versar todos los verbos que la palabra amor conlleva…

Truecas indino por sinvergüenza para aplacar tu alma fluctuante
y,  no recoges las lágrimas que has repartido a manos llenas…
¡Cuántos corazones rotos! ¡Cuántas ilusiones revueltas!
Para ser parte de tu gozo y sombra negra de tu presencia.

Sentar cátedra es tu dominio, hurtar consideraciones, violar sensaciones,
desvirtuando realidades, dejando las razones por embusteras;
quebrantando voluntades, haciendo que parezca  necia…
Cuando la veracidad es conocerte desde los pies a la cabeza…
caballero de mascara dorada y  legados de tormentas.


*Rocío Pérez Crespo*


Este escrito tiene mucho tiempo, pero, esta mañana y a petición de una amiga lo he vuelto a colocar en el blog. 






NO TENGAS MIEDO...




Deja… deja  a tu cintura que se cuele entre mis manos, que la piel rebose por encima del fracaso y, piensa qué, los días se aprietan y no queda mucho espacio.
Sonríe,  ante esta mirada que recorre tu epidermis. En el deseo floreciente de mi vientre, por verte a ti sentir.
Destílame  por los bordes insinuantes de tus palabras, forra el estandarte de conquista de tu alma y, siénteme una vez conseguido el núcleo de tu ombligo, sin miedos que bañen de brumas la realidad.
Cuenta… cuéntame la historia de tu vida y de mi esencia, de la algarabía, los sonidos, de tu escuela… de aquellos campos bañados por el sol.
Deja…deja que tus labios duerman en los míos, que tus brazos hurten los vacíos y despojen de secuelas los colores mortecinos, honrando con todos los sentidos el tono primitivo que nos fue concedido.
Tu color natural.


*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*

domingo, 22 de abril de 2012

ROZANDO EL ALBA...




Desnuda, delante de la ventana, cuando descansa hasta  la luna; observo como se van quebrando los minutos envueltos en un segundero incansable. Lo normal sería estar durmiendo, regalando de una manera confusa mi conciencia a mi inconsciencia y proyectando imágenes que no tienen pies ni cabeza; para despertar con esa carga obtusa y a veces siniestra, que me dice, golpeándome lo sesos,  que algo he vivido en un mundo que no conozco e irremediablemente he dejado de vivir en el que conozco.
Dicen que la noche es tenebrosa. Debe ser que la falta de luz provoca en nosotros ese temor ante la incapacidad de ver más allá de un palmo de nuestras narices.
Yo la encuentro alentadora y tremendamente romántica.
Las siluetas de las cosas, la calma, el silencio…el tiempo, el espacio para pensar sin interrupciones molestas, sin ruidos chirriantes, sin las prisas de fragantes estados de alerta.
Todo está en su sitio, tal y como corresponde.
Tengo la sensación que me desdoblo, mi imagen difuminada en el cristal de la ventana…esa luz del cigarrillo encendido, ese humo que choca y se desliza, perdiéndose en el techo. Mis ojos, mí mirada…esa misma mirada que tanta gente me dice que está cargada de tristeza y, yo la contemplo  tan normal. Tan sencilla, tan sumamente sencilla. Igual lo único que ven en estos ojos no es tristeza, sino más bien el agotamiento de vivir una vida que no me agrada y tener que conformarme con mi jodido destino.
Empiezo a tatarear una vieja canción, sonrío al llegar al estribillo, de alguna manera me identifico con ella.
Mi corazón también está cerrado por derribo…pero ¿seré capaz de reconstruirlo?
¡Cuantas tonterías pienso, por Dios! Si el destino es destino, ya se ocupará él de reconstruirlo o de dejarlo así para siempre. Creo que es un algo o un todo, donde nada tengo que ver. Donde no participo.
Un coche ha subido por la calle, sus faros han iluminado el parque que hay debajo de casa… ¿dónde va?
Oteo el arbusto de laurel y los falsos pimenteros que lo circundan, también uno de mis árboles preferidos: el ciruelo japonés. Además están colocados de una forma preciosa, a ambos lados de unas escalera, así qué cuando subo o bajo por ellas tengo la sensación de entrar en otro espacio, para luego chocar de frente con lo mismo. Me gusta.
Me pregunto por qué se llama laurel, por qué arbusto, por qué ramas, hojas, viento… ¿quién le puso esos nombres?
Todo está en su lugar, sí,  tal y como corresponde…


*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*



sábado, 21 de abril de 2012

UF, UF...GENIALES.



Porque la patente de corso tiene nombre y viene de la mano de dos genios.

UN PENSAMIENTO...


Ante la incapacidad de soportar  la vida, solo queda la capacidad para entenderla.
Sonríe.

*Rocío Pérez Crespo*


UNA CARICIA LEJANA…




En el recuerdo van quedando las sombras de aquellas fragancias, el sabor del chocolate…una merienda con las rodilleras rotas. Las canicas, los patines y aquella comba, un puñado de chicles de fresa y la capacidad para oler las rosas.
La aventura puesta en bandeja…lo posible, lo imposible y también lo irreal.
Dormitar en las puntas de una estrella, los pies colgando sobre una nube dispuesta, sueños en las yemas de los dedos…caminos, caminos…veredas.
Un verde esplendoroso adornando un cielo de cristal.
Hoy no queda fondo, si acaso, alguna forma que viene revestida de una trasnochada ilusión.
Ante lo imposible, lo posible…vaya error.
Ante lo posible, la eterna duda…una contradicción.
Ante lo irreal, la realidad…esa responsabilidad.
Avanzo, trueco, reviento, me doy la vuelta…no te encuentro. Ya no estás.
Al pasar por esa puerta imaginaria, mis trinos se convierten en pisadas, para alejarme, para no regresar jamás…


*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*

UN PENSAMIENTO...



Si el silencio me provoca mil sonidos, la algarabía me ofrece  mil silencios.


*Rocío Pérez Crespo*

jueves, 19 de abril de 2012

ESPÉRAME...




A ratos me apeo de este mundo y en la distancia,  soy capaz de comprender que mi vida es una línea recta, sin profundidad ni relieve.
Que las palabras son meras palabras que se pierden en el aire sin que nadie las recoja…son como gotas que  caen para formar un chaco que evapora. Al final solo queda una mancha, sucia, embarrada, con unas cuantas hojas ahogadas. 
Se apaga la paleta y asoma el marengo, tan mustio, tan apagado, que se confunde con la inmensidad de un cielo a punto de reventar.
No queda vida, nada late, todo está suspendido en una nube de humo, siniestra, enorme…donde las telarañas forran los sentimientos y dejan la calavera sesgada por dentro.
Silencio.
Nada llega, ni un burdo lamento.
Sin tierra donde posar mis pies, me escurro y me unifico a la lluvia del atardecer y, es entonces, cuando miro a mí alrededor y hago hendidura en los sentidos que mojan mi piel, para hallar  un aroma, un recuerdo… que hace que vuelva a creer que todo es posible.
Que tú eres posible…


*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*

miércoles, 18 de abril de 2012

LO QUE INTENTAS ESCONDER...



Intentas ocultar, pero tus ojos te delatan. El brillo que una vez tuvieron vuelve de nuevo a renacer. El ámbar cristalino que  poco a poco se fue perdiendo, ahora es un canto de vida, chispeante amanecer.
Comprobar quisieras que nadie viera por lo que tu alma se alegra, y lo disimulas como puedes con una mascara de lentejuelas.
Más cuando el ánima florece es quimérico celar lo que siente. Y por más que luches, tu mirada delata lo que emana de tu médula sacra. Qué no es otra cosa, que un amor puro luchando embravecido por volver de nuevo al mundo.
Adviertes que es extraño…
Más lo raro es venial cuando se sirve de los impulsos  primitivos del ser humano. Amar y ser amado.
Volcar en desagravios el bien más preciado es solamente ir contra natura de la propia individualidad con la que fuiste dotado.
Quita la mascara que cubre tus ojos y señala al viento con las manos.  Grita su nombre como un reflejo de sol en tus labios. Que cada palabra emitida sea como una luz de esperanza… floreciente estrofa enmarcada en una dicha que no es otra que tu verdad infinita.
Lamentarse no vale nada cuando el interior se alza en rebeldía, solo queda asumir que el antifaz que tapa tu cara es la muestra más clara de lo que todavía perdura en tus entrañas y, aunque tu boca calle por no derrocar lo que atesoras, deja hablar a tus ojos y no veles nada.
Que entre el brillo de las lentejuelas y el de tu mirada, más pareces una estrella que una mujer enamorada.


*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*

martes, 17 de abril de 2012

SINTIENDO...


Son esas caricias que atrapan en forma de palabras, las que me envuelven en una ilusión cercana.
Es buscar una señal que me indique el camino, por nimia que sea, para nutrir todos los días el áurea  que me rodea.
Hay veces que me siento parasito absorbiendo una miel que no me pertenece, me siento tonta, algo ridícula, más cuando analizo la entrega,  me doy cuenta que no hago daño a nadie con mi apariencia. En todo caso, cuando la realidad aparezca y rompa en dos la esfera en la que me he metido, el único que sentirá  vacío será este corazón empecinado en volar a mucha altura careciendo de alas,  dinámica y propulsión.
Él y su libre albedrío…
Y por más que lo riño y lo intento traer de vuelta, cada mañana cuando el sol irradia y los vértices clarean, despacito, con una sonrisa de luz,  me dice al oído:
Vístete de blanco conciencia y, déjame alimentarme de un hermoso suspiro. Déjame contemplar como brota un sentimiento y en la paz que recubre su halo, sentarme unos segundos a respirar sus encantos. Que aún siendo sabedor que la magia es ajena, quiero ser acto y presencia de esta ternura que forra un trozo de cielo y le pone un precioso lazo a un bosque perdido sin nombre,  ni dominio.



*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*


lunes, 16 de abril de 2012

PRECIOSA...FELIZ LUNES.

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Hay cosas que son hermosas, sin más...Para mi, ésta es una de ellas.
Espero que os guste.

ENTRE TANTOS MOMENTOS...



Hay momentos que todo se cubre de ternura, de suavidad, de algodones blancos y mullidos donde descansar la cabeza. En contraposición, llegan como oleadas, aquellos que nos dejan vulnerables en nuestra propia formalidad. Ecos y hechos de mezquindad, con esas ironías que abruman, con esas ausencias que dañan, con esos silencios que matan y, nos sumergen en una absoluta confusión.
Hay momentos para todo: para reír, para soñar, para llorar, para decir adiós, para abrir las esperanzas con un hola. Para creer que somos los reyes del mambo y también para sucumbir ante la debilidad que aportamos. Que en realidad somos.
Momentos y más momentos que van conformando una existencia, estados que son reflejos de todo lo que hemos absorbido en el pasado. Siempre es presente, no queda hueco para  hallar la fórmula que nos transporte más allá del horizonte.
Lo que está ante nuestros ojos, es justo lo que es. Las señales son las son y, por más que indaguemos en alquimia,  no encontraremos el sincretismo del resultado añorado.
El destino marca camino…toca confórmanos.
Y acaso entre todos esos momentos que nos presta la vida, no sé muy bien, si dejamos un espacio para crecer en humanidad, en solidaridad; o sencillamente, para ser parte vinculante entre nuestros egos y nuestra razón.
El mundo va a su paso y, nosotros en una carrera de velocidad sin mirar quien llevamos al lado, ni delante, ni detrás…


*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*

domingo, 15 de abril de 2012

HOY VIDA...





Entre la libertad y el vuelo raso, en los pensamientos callados, mis manos dibujan siluetas. Van estructurando estados carenciales, rellenando huecos en movimiento con sutiles entregas de espirales.
El mundo rota y, aunque nosotros giremos con él, permanecemos inertes. Quietos, entre nebulosas de sueños y papel.
Redobla el rayo en la lejanía, el horizonte se viste de hiel y, una nube revoltosa se sienta en los vértices de mi piel…me pide querer.
Planea  la golondrina y no se mueve ante mi mirada y, sin embargo la estrella fija, baila un tango cada noche delante de mi ventana, me hace compañía.
Levanto mi espíritu convenciéndome que existes, que existo. Que soy, que somos, que estoy, que permanecemos. Esperando, siempre esperando que salga el sol de un nuevo día…sin colores de estaño.
Agito mi cuerpo y sacudo el frío que me alimenta y, muy despacio, sin que el verbo haga eco en el techo, me elevo, traspaso y ando sobre los tejados, intentando no quebrar las tejas que protegen mi casa de un amargo llanto.
Crezco, desaparezco ante el espejo que contemplo y soy consciente que:
Desde mis silencios a tus confidencias
Desde tus ojos a mi verdad,
Desde éste corazón que solo sabe pronunciar tu nombre…
Hoy vida, eres más vida.


*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*

viernes, 13 de abril de 2012

EN EL DIVÁN DE FROID...V





Otra sesión más, otro momento extraño.
Hace un día de aire horrible, mira que pelos traigo. No te rías, joe.
Esta mañana he subido una tarea de las mías, hablaba sobre sueños y elfos. Hace tiempo que la tenía escrita y, dando un repaso por mis carpetas, se me ha ocurrido ponerla.
Pero… ¿sabes? me ha dado por pensar. Y he llegado a la conclusión qué: Walt Disney es culpable de muchísimas cosas que nos pasan a las mujeres. Bueno, no solo él, también sería injusto cargarle con todo esto. Hay más…
Mi generación, es una generación que ha sido marcada por estos cuentos, una educación dicta-demócrata (somos parte de las dos españas, por llamarla de alguna manera) y, esa especie de rebelión interna que  nos ha dejado tantas veces sin respirar.
Historias de bellas y bestias, de cenicientas, de bellas durmientes…historias de emperatrices, de castillos de hadas, de caballeros venidos de lejanos países atraído por la dulce voz de su amada, mientras un coro de pajarillos revoloteaban al son de sus cuerdas vocales marcando el sendero.
Las niñas con princesas, los niños emulando a Pirri. Ellos con las expectativas de ser famosos, nosotras en la eterna espera. Porque todos esos cuentos, nos hablaban de lo mismo, de esperar y esperar ¡ah! y ser hacendosas, obedientes, discretas y consecuentes y seguir esperando… ¿esperar qué?  Una especie de nube rosa con tintes trágicos  para un final feliz…. ¡y un cuerno!
¿Te das cuenta lo que sufrían esas chicas de cuento? Humillaciones, despropósitos, abandono, dolor, angustia plena y dura. Maltrato y una falta considerable de autoestima. Y lo veíamos tan normal, tanto, que se ha quedado en nuestras consciencias como un tatuaje. ¿Hay que sufrir para hallar la felicidad? ¿Hay que pasar por todos esos estados caóticos  para que el hombre perfecto venga a recatarte? ¿Qué es la perfección? ¿Dónde están esos románticos hombres de cuento? ¡Claro que...! nosotras nunca fuimos princesas (por lo menos yo). Pero nos lo creímos.
Un día te despiertas y te das cuenta que nada de eso existe, pero en el fondo, lo esperas y, lo más duro es que lo seguimos anhelando. Aun sabiendo que nunca jamás se dará.
Los sapos son sapos, no se convierten con un beso en el encanto con patas. Lo más seguro y  a todo pronóstico es que sea al contrario, eso es más real.
La bestia es bestia y la bella no le donará su alma y corazón a un tío horrible y no solo en formas, porque no.  Nadie te despertará con un beso mientras siete enanos te velan y ni de coña, ni de coña sonará el fru-fru en tus vestidos de raso. No usamos enaguas almidonadas.
Bueno…
Lo peor de todo es que la vida nos iba dejando pistas. Mil balonazos de los chicos y ni una sola disculpa. Si te descuidabas te llamaban tonta. Pero no hacíamos caso, seguíamos en nuestros mundos de papel pintado.
Tanta moraleja mezclada con una educación cargada de valores nos ha dejado en desventaja. Por lo menos, a mí.
¿Quién se rompe las vestiduras?
Menos mal que los cuentos han cambiado. Adoro a Fiona. Una princesa que suelta unas patadas que te dejan mirando a Totana, a lo matrix, con un par. Con genio, figura y criterio. Cómo debe ser…y a quien no le guste, que no mire.
Estoy convencida que crecer leyendo no me ha sido productivo. De verdad que no. Ahora llega la parte menos amable. El café con mis amigas.
¿Me puedo encender un cigarro?, esto es privado, aquí no nos ve nadie. Además con lo que te pago, puedes comprar dos millones de ambientadores de pino sueco.
Gracias, galán. Eres un solete, sábelo.
Bien…
He ido ésta mañana a tomar café con las chicas y, como iba dándole vueltas a todo esto que te he contado, pues lo he comentado con ellas.
Me han dado la razón en parte, eso sí, solo en parte. Y es por eso que te digo que no me ha venido bien tanta moraleja y libros en mi infancia y adolescencia. Ya, los de la  juventud y madurez son otro cantar.
Ellas conocen mi situación. Mujer madura sola y sin compromisos.
¿A que no sabes que me ha propuesto una de ellas? ¿no?...un follamigo (ya ni la palabra amante se usa) Claro que después de la explicación, parece ser, que eso de amante, conlleva más cosas y compromiso que esto otro.
Según ella es la mejor manera para que el principe no se vuelva nunca sapo. O sea, sales de fiesta (cosa que no hago) y al primero que me guiñe un ojo me lo llevo a la cama, ea, sin más. A la mañana siguiente, si es que hay mañana, si te he visto no me acuerdo y a por otro… ¿eso es normal? ¿ves lo que te digo de mi choque interno? Creo que no sé moverme con el mundo actual. En algún punto me he quedado perdida, (la culpa es de Walt, fijo que sí)
Yo soy una mujer que necesita sentir algo y fuerte para acostarme con un hombre. La pasión, el deseo, son unos gramos en un kilo. No me gusta que me utilicen, ni ser una opción… ¿Quién usa a quién en esas historias? Yo no le hablado de cama, le he hablado de amor y romanticismo, y del caos de una fuente de creencias con las cuales nos hicimos mujeres… ¿acaso no me escucha?
Por alguna extraña razón, me he sentido vieja. Como si mis ideas fueran arcaicas y mis formas de Atapuerca. Me he mirado detenidamente por si era el eslabón perdido y no me había dado cuenta, o algo así.
El caso es que a ella le va estupendamente. Palabras textuales: está en el mercado (bien, yo no soy una merluza de pincho)  Un hombre que la escucha, la entiende y luego tienen sexo. No hay amor, ni sentimientos…eso sí, la escucha.
Pues solo faltaba eso, que encima no le prestase ni un mínimo de atención, joer.
No sé.., me he quedado un algo mal. Soy una chica tolerante, abierta mentalmente a todo aquello que me llega, no nado en mares de ignorancias, no soy estúpida, tengo mi cultura y mi formación. No juzgo si  la gente tiene follamigos, amantes bandidos o tres muñecas hinchables en el armario. En realidad sabes bien que no suelo juzgar a nadie nunca. Entiendo a la gente en sus cosas, aunque no comparta lo que hacen. No doy consejos, si piden opinión bien, sino me callo.
No busco nada, entonces no comprendo… ¿por qué me ha hecho sentir tan marciana, tan fuera de lugar?


*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*


Pd... A ver, ya sé que se escribe Freud. Pero, éste. en concreto es Froid. 

AL DESPERTAR YA NO QUEDABA NADA...


                                 

Entre la sustantividad  y el anhelo, en el influjo del duende del deseo,  he saboreado  la sustancia mágica que desprende la vehemencia del aliño perfecto.
Le puse tres gotas de locura, lo sazoné con afecto, añadí como complemento mi corazón incierto. Recogí del pico más alto del mundo de los elfos, un puñado de esperanza y dos tallos bien frescos de sonrisas francas y, avancé por el sendero en busca de una onza de cordura que era lo que faltaba.
Entre nubes y ríos, encontré el color escarlata, un galón de oro líquido para darle el tono que precisaba y debajo de una piedra hallé justo lo que ansiaba: una fuente de vida plena para mezclar todo aquello que guardaba.
Puse el amor en mis manos e hice el conjuro ancestral de los magos, invoqué a Eros y al dios de los sueños, y después dormí por un momento con la certeza del acierto pleno.
Encontré confort entre tus brazos y de tu boca brotaron como una cascada de hilos de estaño todos los vocablos… el verbo más puro, el dios en sus cantos y así, sin más, me hice mujer a tu lado.


De vez en cuando, todos nos permitimos soñar con esos mundos con los que crecimos...

*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*


miércoles, 11 de abril de 2012

UNA REFLEXIÓN INOPORTUNA...


La vida es una continua espera para todo. Unos esperan al amor de su vida. Otros que le toque la lotería, algunos un sueño dormido. Muchos, un milagro; sin darnos cuenta que lo único seguro que podemos esperar, es esa cita  obligada de la cuál nadie se libra. 
Lo demás es agua de borrajas.


*Rocío Pérez Crespo*

martes, 10 de abril de 2012

TÚ, SOMOS TODAS…




El día que te notas un bulto en el pecho por primera vez, una sacudida de adrenalina te atraviesa de arriba abajo. Es curiosa la reacción de tu cerebro, de estar tranquila en la ducha a notar como un sudor helado te cubre por entero.
Los primeros pensamientos suelen ser de intentar calmarte a ti misma dantote todo tipo de explicaciones y, evitando pensar que eres una mujer más, como el resto. Que tú cuerpo es el mismo y, la enfermedad no hace selecciones.
Así que más pronto que tarde no queda otra que ir al médico.
Llegas, con la esperanza que cuando te haga la palpación, te diga: No es nada, es una glándula mamaria inflamada, no tengas aprensión. Sin embargo, la cosa se complica cuando después de esa palpación profesional se confirma el bulto. Ahora falta el diagnostico, saber si es de importancia o de revisión.
Ahí está, en tu mama izquierda en el cuarto superior izquierdo. Latente. No es grande, pero existe y eso es lo que cuenta.
Sentada en la sala de espera, aguardando mi turno para la ecografía, una chica de mi misma edad me ha dado conversación. Creo que me ha notado un algo nerviosa o la nerviosa era ella, no lo sé. En realidad para no mentir, yo no lo estaba. Por algún motivo que desconozco me sentía en paz.
Hemos hablado de que hay que ser valientes, que por nuestra situación pasan todos los días miles de mujeres. Que son cosas normales, que a los cuarenta y seis quien no tiene un pito tiene una gaita. Las cosas ordinarias que se suelen decir para autoconvencernos de que todo va bien.
Se ha abierto una puerta.
Una enfermera ha gritado su nombre y, seguidamente el mío. Nos hemos despedido con una sonrisa.
Cada una en una sala, cada una con su radiólogo y su ecógrafo. Cada una con sus miedos, que en definitiva, son los mismos.
En esos momentos, tumbada boca arriba con los brazos por detrás de la cabeza, expuesta, en ese cuarto a media luz,  tenía la sensación de estar ante un tribunal. He calculado los movimientos del ecógrafo, donde se para, donde presiona, donde se mueve. Donde vuelve de nuevo y se queda, escuchando un pitido, y otro y otro…están midiendo el bulto, me digo a mi   misma.
Estoy lista para sentencia.
Parece una eternidad…está tardando una eternidad.
La mano del médico se queda quieta, me acerca unas toallas para limpiarme el pecho y, su voz aflora: Es un bulto sin importancia, pero te lo tenemos que revisar cada año para mejor prevención. Hay que ir mirando si crece o no. No tengas aprensión, de está no te mueres (me dice a modo de broma)…ya puedes vestirte y marchar a casa con tranquilidad. Si quieres hacerte otra mamografía, para el año que viene te hacemos de nuevo toda la revisión completa. Pero no te va a hacer falta. Con controlar mediante eco, es suficiente.
Una euforia sacude mi columna vertebral. Alegría, así sin más. Se me han caído mil toneladas de la espalda.
Le he dado las gracias como si me hubiera hecho un favor.
Cuando he regresado de nuevo a la sala de espera, me he topado de frente con el marido de la chica que me había dado conversación. Mis ánimos de pronto se han esfumado, algo he visto en sus facciones.
Le he preguntado si su mujer había salido ya. Me ha dicho que sí, pero que se la habían llevado a la otra sala,  parece ser que el bulto es maligno. Le iban a hacer análisis con contadores de células y, los médicos iban muy deprisa. Todo apuntaba a un cáncer.
Me he sentido culpable de mi alegría, mucho. Veinte minutos antes, las dos estábamos con las mismas probabilidades y, ahora…
Ya no la he visto.
Del hospital a casa no he dejado de pensar en ella. No he dejado de pensar en el miedo primario, en el desconcierto. Porque aunque luego cada una enfrente la enfermedad como buenamente pueda, el diagnostico inicial tiene que ser terrible. Angustioso. He pensado en la luchas de tantas y tantas mujeres, en la prevención, que espero valga de algo…en como en unos minutos cambia tu vida por completo.
La vida es así, me digo en plan consuelo…sin embargo a estas horas todavía me siento un algo extraña.


*Rocío Pérez Crespo*
10-4-2012



LA MÁS PEQUEÑA...






No soy un espejismo, ni tan siquiera ese puñado de arena que cae en segundos aniquilando el tiempo. Tampoco me visto de ecos mundanos…no soy valle, ni río. En mis faldas no crecen  lavandas ni romeros.
No indagues perfección en mi ser, no hallarás más que humanidad y mil defectos.
No pretendo quedarme nada, ni el beso, ni la caricia, ni el deseo. Cuando me son otorgados los acojo como prestamos, es la manera más sana para poder devolverlos.
No me busques en supuestos, en esas bifurcaciones, pierdo el rumbo. En su lugar, dame agua clara para saciar la sed que ahoga mi garganta y, calmar la impronta de tanta tierra abonada con palabras sin importancia.
Alborótame el pelo, mezcla tus dedos entre mis rizos. Enséñame como se pasea por las nubes, señálame la estrella más pequeña, la nueva menos luminosa, márcame la historia de estos dos corazones que sin ser, son; que sin estar, permanecen. Pero hazlo con vocablos sinceros, de esos que cuestan pronunciar por ser vulnerable a quedar expuesto y, yo en mi infinita imperfección, alcanzaré el sol para adornar con sus rayos tu conocimiento.



*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*

HIPOCRESÍA...





Virtudes envueltas en falsas modestias,
donde se halla la humildad de puertas afuera.
Ánimas elevadas a unas eternas conciencias
en  estados superiores donde lo impuesto se venera

Por dentro la rabia brama con total dominio, hiere como clavo.
El dolor por reflejar ante el espejo los rostros inherentes
trueca al libre poseedor de su potencia, en un mero esclavo,
de tener que ponerse el vestido alevoso para marcar simientes…

Con esas se desprende de la realidad de su interior…su humanidad,
sacando la sonrisa serena para aparentar una absoluta conciliación.
Un tornasolado en cualquier charco donde mirar y aprobar su docilidad
dando la imagen al mundo de un abstracto poder de comprensión…

No hay libelo en sus muros, ni aquilón que los despeine…
son ornatos prepotentes que se nutren de las cadencias de la gente.
Juran no vindicar agravios con espadas, solo amor ferviente
pero atesoran  un guante cárdeno que cuando acaricia…miente.

Hállalos en cualquier rincón, agazapados en sus guaridas
que te otearan  con los fanales muy abiertos y las pupilas encendidas…
solícitos a tu presencia,  las manos extendidas.
picotean tu inocencia, violando tu sinceridad con quejas escondidas.

¡Ay… que vida ésta Dios mío, más jodidamente jodida!



*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*

lunes, 9 de abril de 2012

DESPRENDIMIENTO...





Sin temor, la muerte paralela de vida
deja llorando corazones, terrenal desesperanza.
Escape necesario para el cuerpo
acomodo de la mente en cuerpo dormido,
alma fugaz sin artificio, despensa de lo vivido.
Disipando luces de la inconsciencia, abriendo y,
sumando al espacio de la común energía,
viajero sin nombre, invisible, no tangible de lo infinito…


*José Manuel Salinas*
D.R.