Te diría tantas cosas, te
preguntaría tantas, que el momento podría rozar su propia cota. Pero algo me
retiene, posiblemente sea el temor a quedar ante tus ojos como una trastornada.
Soy tan consciente de la realidad
que soporto, que al entrar en los sueños de miradas abiertas, me rozo con mi
propia ironía y, comprendo que esta fantasía es producto de la carencia latente
que brota a raudales desde mis vertientes.
No preciso aire si de aire se
tratase, ni tan siquiera de deseo si de deseo se hablase…solo fraguo un camino
donde te puedo ver con mis manos y puedo tocarte con mi ombligo cuando tus
pasos son menos arduos.
Lo demás…es pura patraña sacada de algún libro
de gestas imposibles, donde se cuadran los verbos y se dejan las estampas a
merced de un viento tranquilo.
Vivo en tus versos, lo admito
y, en las columnas de granito de tu
universo, en aquellos instantes donde creí ver tu alma y en el corazón que
regalas con tus sentidos espléndidos. Luego, nutrida y satisfecha la esperanza,
regreso con paso silente a la soledad de mi casa. Y asumo, no sin cierta
lastima, que son mis ganas las que alimentan las propias ganas de seguir pegada
a la muestra abigarrada de ese lugar en el mundo.
Tu mundo.
*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*
versos melancólicos, si los hay
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Gracias siempre por tus palabras, Omar...besos.
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