jueves, 5 de abril de 2018

GRACIA...



Mis manos están abiertas como las alas de una mariposa,  entrelazo los dedos y simulo su vuelo, despacio, sutil, de colores…
Veo la huellas del tiempo reflejadas y, siento que aunque por fuera todo decaiga, mi corazón se mantiene fresco. Joven, lozano, con ganas…
Hay espacio entre lo que aparento y lo que soy, entre las miradas que se depositan en mí y aquellas que realmente me ven.
Me traga la soledad y explosiona la algarabía en mundos distantes y finitos chocando con aquellos lejanos e interminables que decoran los albores de esta mirada sorprendida. A estas alturas de la vida no dejo de admirar todo los milagros que se me ofrecen…impresionantes momentos que hacen de esta mortal, la inmortalidad  o la exaltación latente que me demuestra a golpe de calendario, de reloj o de pasados  que dentro de mi vida hay mucha vida, más que ofrecer y mucho que otorgar todavía.
Y justo en ese preciso instante, cuando la confirmación de que respiro implica un algo más que un añadido rutinario y sin gracia, es cuando regresas entre las brumas de la conciencia y afirmo y reafirmo y ratifico que eres la parte más hermosa, la más linda, la más sencilla, la que me hace mujer y me ensalza.


*Rocío Pérez Crespo*

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