martes, 27 de septiembre de 2016

VICTORIA ES SU NOMBRE...

                          
  Que al comenzar el duelo tembló el cobarde y,
del lado menos bueno, cayó el gigante.
                                                                                                                           (Those)

El viento golpea este mar de otoño. Abrojos que arrastran sus negros esqueletos, por la mendaz memoria de un verano helado. Días maleables a una consciencia envenenada vestida de azul y espuma blanca.
No soy imparcial, ni puedo llegar a ser pragmática. Soy más bien el escollo dónde chocó la barca de Caronte, disfrazada del color de los granados y la tierra de los muertos.
Ahora que las hojas cubren mi vientre, y desde los tobillos arranca el estado más caótico, empuño la espada de Cyrano y me dispongo a recuperar el olor del mar y el sol de agosto –son  míos  por derecho- y,  si de eso depende  tu muerte, muerto seas y muerto quedes.


*Rocío Pérez Crespo*

2 comentarios:

  1. Me gusta!..Tienes una forma singular de usar las palabras, que me agrada. Y el tema es recurrente..no? Siempre..detrás.Cariños
    manuc

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  2. Hola, Manuc...cuánto tiempo. Muchas gracias por tus palabras y, sí, tan recurrente como la vida misma.
    Besos.

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