jueves, 14 de abril de 2016

HUMANO...




No se arranca la verdad de estas venas que laten su propia verdad, ni la razón sucumbe a esas largas charlas con la coherencia, en el silencio absoluto de cualquier rincón.
Solo sé, que a veces los bocados son tan fieros que no solo destrozan la piel y unos cuantos músculos. Se llevan por delante, los nervios y parte de la osamenta dejando a mi cuerpo exhausto. 
No vale de nada la oración y el ofrecimiento, ni tan siquiera la justificación siempre loable que repare el oprobio de escupir veneno. No vale el abrigo que cubre, ni la sombra que cobija. Solo estamos tú y yo, conciencia y consciencia, en un espacio que jalona todo el camino recorrido.
Hallar la perfección en el ser humano es tan absurdo, como intentar encontrar la igualdad entre dos gotas de agua. Es pura apariencia.
Maldito sea entre todos los pecados, el que menos se redime…


*Rocío Pérez Crespo*


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