domingo, 5 de abril de 2015

VUELO RASANTE...





No eres testigo de este escombro vencido que tiende a tiritar bajo un sol abrasador. Ni ves más allá de tus narices el hambre y la muerte que rodea a este mundo de mucha palabrería y poca acción.
Pasas por la vida recreándote en tu propia vida, ajeno a la vida que sostienen otras vidas. No merece la pena romper los esquemas, ni gritar desde las tripas las justas justicias  que nos pertenecen a todos.
Dices que amas ¿pero qué amas?
Dices que sientes ¿pero qué sientes?
En un orbe donde impera la hipocresía y la biblia es la mentira del creyente. La traición se permuta por honestidad y, la bondad  por el insulto sagrado. Imágenes en andas de unos pecadores, tan altivos y sofocados, que escupen al necesitado y ofrecen flores a un inerte palo vestido con rasos. Humanos en balanzas tasados a golpe de desprecios  lo que valen por lo que poseen. El idioma, la raza, el color de la piel. La medida, la altura, la etiqueta favorecida en pos de un estatus que nada tiene que ver con el valor y la humildad de una gente que crece sin estados, que son esclavos de sus pensamientos y, sumisos ante  su maltratador.
Lo que no sirve se tira ya sea un mueble o un hijo. El todo vale se etiqueta en los mostradores, en las mesas de los profesores, en los confesionarios de las catedrales, en  la diligencia de una nación….estúpidos miserable que no saben leer, ni escuchar, ni hablar. Solo emiten sonidos clonados. Como un eco intenso…el hambre gana la batalla, el mundo se pudre. 
Me he convertido en un cautivo, sin bálsamo ni restauración…propietario de mi soledad y de mis pensamientos.
Soy libre…


*Rocío Pérez Crespo*





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