lunes, 4 de febrero de 2013

FRÁGIL…





Suenan las campanas de Santo Domingo, choca su eco contra un cielo dormido, se estrella contra los árboles, bloquea lo inerte del tiempo.
Recuerdo un viejo reloj de arena, los sueños estrellados contra su base, enterrados a cada hora por la arena de un desierto sin oasis. Un giro, una vuelta que se pierde entre velos de años vividos.
Todo se consume, se va perdiendo sin poder asirlo. No sirven los empeños, ni los pronósticos  pusilánimes que se visten con su  amarillo mortecino, ni tan siquiera los atrevidos que destacan sus ígneos vivaces. Hoy, ahora, solo queda hueco para el destino, ese desconocido que juega con finos hilos y calza sus pies con zapatos para bailar claqué.
Te pienso y, una pena enorme recorre mi alma. Debe ser porque te quiero tanto que ver una sola lágrima en tus ojos, un solo suspiro de dolor en tus labios, revienta mis angustias derrotándome en la batalla, la misma batalla que luchas tú desde los umbrales de las nubes, mientras a ritmo de “Tap” te vas perdiendo con un jazz que nunca termina.



Rocío Pérez Crespo

Papá.

4 comentarios:

  1. Mi amor, cómo te entiendo. Y cómo entiendo esa sensación de se te desteja la vida, de que todo lo que has construido se deshaga sin que puedas hacer nada. Mucha fuerza y ánimo y todo mi apoyo, cielo. Pero hay que seguir tejiendo, siempre hay que seguir y si no puedes, llámame cuando lo precises, si puedo ayudarte en algo...
    Un beso enorme.

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  2. Muchas gracias, Ana, eres un cielo, que lo sepas.

    Un millon de besos.

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