Hay momentos que todo se cubre de
ternura, de suavidad, de algodones blancos y mullidos donde descansar la
cabeza. En contraposición, llegan como oleadas, aquellos que nos dejan
vulnerables en nuestra propia formalidad. Ecos y hechos de mezquindad, con esas
ironías que abruman, con esas ausencias que dañan, con esos silencios que matan
y, nos sumergen en una absoluta confusión.
Hay momentos para todo: para
reír, para soñar, para llorar, para decir adiós, para abrir las esperanzas con
un hola. Para creer que somos los reyes del mambo y también para sucumbir ante
la debilidad que aportamos. Que en realidad somos.
Momentos y más momentos que van
conformando una existencia, estados que son reflejos de todo lo que hemos
absorbido en el pasado. Siempre es presente, no queda hueco para hallar la fórmula que nos transporte más allá
del horizonte.
Lo que está ante nuestros ojos,
es justo lo que es. Las señales son las son y, por más que indaguemos en
alquimia, no encontraremos el sincretismo
del resultado añorado.
El destino marca camino…toca
confórmanos.
Y acaso entre todos esos momentos
que nos presta la vida, no sé muy bien, si dejamos un espacio para crecer en
humanidad, en solidaridad; o sencillamente, para ser parte vinculante entre nuestros
egos y nuestra razón.
El mundo va a su paso y, nosotros
en una carrera de velocidad sin mirar quien llevamos al lado, ni delante, ni
detrás…
*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*
Precioso como siempre lo que escribes roció.
ResponderEliminarEl tiempo siempre nos invita a vivir momentos alegres otros más inciertos, y buen el siempre pasa dejándonos chispitas en el alma o agujeritos en el corazón, pero tú lo expresas mejor amis, me alegro leerte y estés bien.
Te mando muchos cariños, abrazos de osos y muchos besos al alma esa bella que tienes.
Gracias Alma por estar aquí en este humilde blog..yo también te mando mucho cariño y mil besos.
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