martes, 10 de abril de 2012

LA MÁS PEQUEÑA...






No soy un espejismo, ni tan siquiera ese puñado de arena que cae en segundos aniquilando el tiempo. Tampoco me visto de ecos mundanos…no soy valle, ni río. En mis faldas no crecen  lavandas ni romeros.
No indagues perfección en mi ser, no hallarás más que humanidad y mil defectos.
No pretendo quedarme nada, ni el beso, ni la caricia, ni el deseo. Cuando me son otorgados los acojo como prestamos, es la manera más sana para poder devolverlos.
No me busques en supuestos, en esas bifurcaciones, pierdo el rumbo. En su lugar, dame agua clara para saciar la sed que ahoga mi garganta y, calmar la impronta de tanta tierra abonada con palabras sin importancia.
Alborótame el pelo, mezcla tus dedos entre mis rizos. Enséñame como se pasea por las nubes, señálame la estrella más pequeña, la nueva menos luminosa, márcame la historia de estos dos corazones que sin ser, son; que sin estar, permanecen. Pero hazlo con vocablos sinceros, de esos que cuestan pronunciar por ser vulnerable a quedar expuesto y, yo en mi infinita imperfección, alcanzaré el sol para adornar con sus rayos tu conocimiento.



*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*

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