Hay veces que me rompo en muchos pedazos, pequeños, llenos
de aristas. Aunque no se ven.
A veces, sólo a veces, me
pregunto ¿le importo a alguien? y, es entonces
cuando choco de frente con ésta tremenda soledad tan impuesta, tan
sumamente espesa y sofocante. Con la incomprensión, con el mal ajuste de mis
palabras. Con los sonidos del vacío y los gritos de mi propia conciencia.
En días como los de hoy, me
aferro a ti y me sostengo a duras penas con una sonrisa en los labios. Mas,
sigo notando como algo duro, gris, mohoso,
penetra por mis poros dejándome
exhausta. Sin condición.
Es la misma vomitera,
reconocible, sinuosa…la misma arcada que sube desde las tripas como una ola de
pura sal, chocando en el paladar y
rompiendo la claridad de la saliva.
No soy capaz de articular palabra
alguna…
Solo pido un respiro, media
mañana, un cuarto de tarde, un gramo de noche, una mano que me ayude a caminar cuando el
cansancio supera toda expectativa.
Y me sigo preguntando… ¿le
importo a alguien?
*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*
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