sábado, 7 de abril de 2012

LA DECISIÓN…




Me vais a perdonar, si con la última lágrima vertida, se quedan mis ilusiones y mis dichas perdidas en los abismos de la abstracta profundidad. Si de mi boca ya no sale palabra y, en mis venas, la negra estampa se hace notar.
En los momentos más sagrados me quito el tupido manto y dejo que la parca haga en mí su lar, perdida en la conciencia; sin llama que me alumbre,  los ojos bien abiertos, las manos extendidas me voy dejando guiar. Aquí no queda nada, ni fe, ni cantos, ni un triste trinar…los pájaros han partido, los sueños van con ellos, la esperanza, el amor y aquel dulce crepitar. El árbol ha quebrado sus ramas, los frutos podridos hacen mezcla con la densa graba, es un cúmulo de despropósitos lo que completo al mirar.
No preguntéis donde van mis pasos, sencillamente dejadme marchar…levantad la cabeza cuando pase, dadme fuerza para este caminar…
Y si algún día en el tiempo,  alguno  recuerda mi nombre y mi faz, que levante un pequeño altar allá donde nace el río y el muerto sauce llora sin consuelo su eterno dormitar, que lleve rosas blancas, una sonrisa tierna y en su mirada, solamente paz.
Me vais a perdonar, si en la noche más oscura mi pelo se torna ceniza y mi cuerpo olvida el sonrosado para hacerse gris natural…perdonadme por tanto vacío que me llevo, por tanto espanto en las meninges, por tanto dolor repartido sin piedad, por hacer de mis sentimientos sacos de cuero yermo, por tanta brutalidad
No he sido digna de tantos dones y en la macabra soledad que me acoge, en ésta despedida final…trueco vida por trance y os dejo como legado mis letras, una vieja pluma y mi libertad.


*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*

No hay comentarios:

Publicar un comentario