jueves, 26 de enero de 2012

POR ESE INFINITO…


La ventaja no reside en el momento ni en el tiempo, reside en mi propia existencia. Asceta corazón que late libre, maleable con lo venidero.
Amo porque así lo siento y siendo oneroso no tener homólogo, achaco las culpas al destino o a la razón de no haber sido suficiente para nadie conocido.
Si me hago de más o de menos, son espacios que quedan en el silencio, atravesando crepúsculos dormidos, haciendo amaneceres de ensueño…yo me creo mi propio cuento, a fin y al cabo, para eso escribo.
Jacobinos sentimientos, primigenios e  inconsecuentes...locos mortales que rompemos el firmamento para ver una estrella resplandeciente… ¡que más da! Si todo se pierde.
Si acumulamos tanta voracidad y tantos egos que el ombligo se queda pequeño de mirar solo su redondez saliente…y hacemos supernova dejando un agujero negro, por donde todo se escapa, todo se quema, nada prevalece.
Saboreamos el dolor como si fuese lo que nutre, dejando regueros de tinta sobre un papel que poca culpa tiene. Escapamos mil veces de nuestras palabras, rodeamos dos mil nuestros hechos, vomitamos con las tripas huecas, las entrañas se retuercen.
La mirada se torna triste, las esperanzas no crecen …es como una inmensa planicie sin horizonte al frente. Y esa lágrima que cae en el olvido de la soledad que soportamos, es negra y pestilente.  Porque no sabemos reconocernos en nuestras miserias y achacamos la inmundicia al que no las merece.
Por ti, por mí…por ese infinito. Para aquél que no se define con las letras que vacío; y piense  que lo que falta por llegar, es el marco más bonito.
Ojalá tengas razón, lector querido…mientras, yo me seguiré preguntado:
¿Dónde están los sentimientos de amor sin egoísmos? ¿Por qué nos cargamos a base de gilipolleces todo lo querido?
En ti dejo las respuestas…yo me quedo con mi latido tranquilo, empezando a asimilar que la ventaja habita en mis propios dominios.


*Rocío Pérez Crespo*

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