Se mustian las fresias, se deshoja la rosa,
la música estorba, el silencio llena.
El alma se escapa por unos poros macilentos
y, un corazón bombea a duras penas en el pecho.
Qué se siente en el centro cuándo se abre.
Qué angustia lo
adoba.
Acaso el pensamiento se ciega en el lamento,
siendo incapaz de ver la parte hermosa.
Nada tiene eje, ni
apoyo, ni cuerda…
en los ojos perdidos, en el tiempo con pena.
Acaso nutrimos a la razón de nostalgia,
dejando una imparcialidad como núcleo y sustento.
No hay amores eternos, ni colores perennes
todo se desluce en un finito que se palpa.
todo se desluce en un finito que se palpa.
Miras las manos vacía, hueca oquedad de aguas
No hay anillos que abracen, no hay calma…
Y, se escapa un humor sofocante,
por debajo de las capas que no se aprecian.
Acaso somos esclavos
de esas espirales,
que lo sentimientos nos prestan.
*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*
No hay comentarios:
Publicar un comentario