Parado por perdido en una tarde de octubre
Sometido a unos pensamientos alocados
Obtusos, inflamados de un no sosiego
Ojos vueltos hacia un interior dolido,
abstracto…
Donde nada es lo que es y todo dañino,
imaginario e
Incierto atardecer, de un día lluvioso,
ventoso desapacible
Mustia luz de lo supuesto, sombreadas palabras
sesgadas
Trozos de verdades encubiertas, tantas nubes
negras, todas tintadas…
Atormentado interior que no frena,
magnificados sentimientos
Abiertos, en una batalla sin sentido, sin nada
que ganar
Sin soldados motivados, ni medallas por
conseguir
Estériles sensaciones de tierra quemada, del
todo perdido
Aborrezco estas cavilaciones, esta guerra sin cuartel, ni tropa
No merece la pena abrir la mente, destrozar el
alma
Derruir una vez más el cimiento de lo querido,
enfoscado en lo sabido
No llenare de nuevo mi cabeza de escombros, ni
de hierros torcidos
Desertor de lloviznas, aguaceros y granizos,
valiente decidido
Buscando la tranquilidad, sosiego de un camino
trazado
Me abrazo a tu nube blanca, pensamiento
limpio, guía que no destiñe
Que no emborrona, el amor a tu lado, bautismo
de mi otoño preferido.
*José Manuel Salinas*
D.R.
Triste vida cuando se da por rendido pero al final siempre se encuentra una razón para recobrar las ganas y se vuelve a caer y se vuelve a levantar. Fluctuaciones en versos de un poema muy bello por su profundidad y construcción.
ResponderEliminarsiempre el remate del poema, queda como un ave aleteando en su nidal
ResponderEliminarmuy bueno, saludos José