Me remiendo a mi misma todos los días. Son pedazos rotos de
sueños que quieren escapar de mí. Los intento retener, doy puntadas, los zurzo
a mi corazón... pero veo que la tela no resiste los envites de la aguja y estoy
viendo como los pierdo.
Por más que coso, no consigo fijarlos, y es qué, los años no pasan en balde, y esos sueños que siempre me han acompañado se escapan entre mis
dedos como la arena de estos lares.
Se van, huyen de esta perturbada que solo quiere ser feliz, tumbarme en el
sofá con un tarro de castañas en almíbar, un libro de esos que te llegan a cada
rincón del alma, una banda sonora que solo escucho yo y la sensación de ser alguien
en esta vida... que lo soy, lo sé, pero quiero serlo a mi manera.
Y seguir soñando despierta donde la música
suena cuando debe, donde las palabras son precisas, donde el verde de un bosque
es verde intenso, donde el cielo es azul de día y negro estrellado de noche,
sin nubarrones que estropeen el paisaje... y un te quiero dicho a tiempo, y una
mirada que te atraviesa y unas manos que acarician con ternura... y un beso, y
una lagrima... y un suspiro... y una utopía.
*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*
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