Rompió la ultima lanza en un
gesto épico sabiendo que con ello vencía la sin razón.
Ya no quedan héroes que defiendan
voluntades.
Ya no quedan valientes que luchen
a tu favor.
Hoy solo persisten las bocas
blasfemas que rezan sin fe, pechos sin corazones que claman justicia de una
justicia no ganada ni merecida. Jacobinos gritos escondidos en mansas pieles de
corderos, chocan contra los muros y se expanden como la lepra. La tinta chorrea
sobre unos versos hueros que solo manchan un papel. Sin sensibilidad, sin
garra, sin fuerza…blandos.
Nada que defender, nada por lo
que batallar…
Cascadas de verborreas corren en
estampidas, de unas lenguas aprendidas en los ecos que escupen las mentes
planas, sin atisbo de ideales ni
sentimientos, degradando al maestro en su huella.
Latidos funestos que engrosan
listas sin saber el por qué sus nombres figuran en ellas, obtusos senderos que
llenan los pasos de glorias muertas, porque no se siente, porque no palpita
nada en las venas.
La sangre es agua, el amor una
mentira, el horizontes se desdibuja en grises trajeados de furia… el mar es un
barreño de aguas fecales donde cuatro peces asoman sus agallas en un vano
intento de permanecer vivos.
Se aplastan las flores en unos
campos de verdes imaginarios, el cielo se cae a pedazos, la
palabra es amarilla como el color de la envidia…
Pusilánimes están los sesos, no emiten, no emocionan. No irradian
calor…
El último poeta cerró el libro,
la pluma quedó dormida…suspendida en el recuerdo de los que todavía, a pesar de
todo, amamos la vida.
*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*
Como ya te comente, es una preciosidad de escrito, magistralmente plasmado y a mi gusto se queda corto de tantas más cosas podrías haber dicho, de cualquier manera se nota tu valía en todos los temas y grandeza como escritora, besos.
ResponderEliminarAnda, que sorpresa!!! Tu por mi blog. Muchas gracias por ese comentario, por tu presencia y por tu amistad...besos.
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