Estaré mientras estés tú, el día
que te vayas, seguiré estando hasta darme cuanta que te has ido. Entonces,
hurgaré por tus recuerdos para vestirme por dentro de verdes quimeras y,
sobrellevar la ausencia que dejará mi corazón vacuo y sin vidas.
Hasta ese día, amaneceré cada
mañana con tu nombre en mi boca y tu cara en mi conciencia. Me nutriré de
estados sedosos formado por sueños y recodos de tiempos absolutos.
Seguirá sonando esa música que me
trae tu perfume, calida, suave…sin estridencias. Y volveré a mirar al cielo con
la misma jaculatoria que emana directa de este alma.
Y es qué, cuando se ama, parte de
la tontería que se lleva pegada, aflora sin perjuicios reventando contra la nada. Dejando secuelas
infantiles en una madura coraza y, así nos vamos dando cuenta, que crecer está
de más, cuando el amor llama…
*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*
El amor nos vuelve muchas veces adolescentes e infantiles, por que es el sentimiento que nos vuelve mas puros e inocentes. Pero nunca se va por que esta en todas partes, mientras que haya corazones latiendo.
ResponderEliminarUn beso
Muchas gracias por tu comentario Ivan...besos.
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