A veces, nos hacemos tanto daño a nosotros mismos, que la huella interna es absoluta.
A veces, nos empeñamos en luchar en guerras que han estado perdidas desde sus comienzos. Aunque la derrota sepa amarga…la razón se implanta y por fuerza, por justicia, tienes que abandonar las armas.
Queda el descontento, el desanimo, la desilusión…nos abriga el desencanto. El tiempo perdido intentando aferrarnos a unos campos que en su día brillaron…verde vida y azules claros, son ahora una mancha negra y sangrienta de todos los muertos que quedaron clavados en esa tierra.
Las lágrimas que hoy saben a dolor, limpiarán los corazones que con tanta fe lucharon. Enterraremos algunos cadáveres, pero otros, pesaran en nuestros hombros como animales…
A veces, sólo a veces, la impotencia nos vence.
*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos Reservados*
Queda el descontento, el desanimo, la desilusión…nos abriga el desencanto. El tiempo perdido intentando aferrarnos a unos campos que en su día brillaron…verde vida y azules claros, son ahora una mancha negra y sangrienta de todos los muertos que quedaron clavados en esa tierra.
Las lágrimas que hoy saben a dolor, limpiarán los corazones que con tanta fe lucharon. Enterraremos algunos cadáveres, pero otros, pesaran en nuestros hombros como animales…
A veces, sólo a veces, la impotencia nos vence.
*Rocío Pérez Crespo*
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