domingo, 29 de enero de 2012

ESPERANZA...


Unos brazos se reconcilian con la vida. Un brote nuevo nace en mis aledaños, con la ternura y la frescura de lo espléndido.
Amanece, y en la claridad que se proyecta ante mis ojos, te veo, te siento, casi te toco. Llegas con esa explosión que sucumbe, abruma, que despliega lo posible. Que trueca el día en algo mágico.
Sigo prendida en esa mirada, tímida y callada,  que me habló de ti. Me atrapan las dudas, los latidos se aceleran, cabalgan insaciables en mi pecho, duelen…sé que estás, que eres tú, aunque no te distinga entre tanto cambio de vestido.
Siempre vas de verde, pero ante mí, te presentas con unos mortecinos marengos y me pierdo en la ambigüedad que me regalas. Mi alma me dice de lo auténtico, de lo genuino. Sin embargo mi razón, grita indomable que me equivoco. En esa lucha férrea que sostengo, me nutro por unos segundos de lo primero y cruzo los sentidos intentando saborearte.
Quizá no seas tu, quizá sea un fantasma elaborado por mis ganas, quizá lo romántico que guardo dentro, en estos mundos de soñadores y silencios, me hayan hecho elaborar un estado donde resguardarme de tanto frío, de tantos malos momentos…
Para que las palabras no se pierdan en el tiempo, no choquen en el espacio y se desintegren  como miles de pequeñas estrellas, para alumbrar otros cielos…te pregunto, me pregunto: ¿Eres o no eres?



*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos Reservados*

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