Vuelo hasta ti, necesito cobijarme entres tus brazos. Notar el calor que templa mis sentidos.
Es una noche solitaria… ¡vaya tontería! Cómo si alguna fuese compartida. Cuando me da por decir sandeces, soy única. En fin…
Evoco tu rostro y el recuerdo, aunque difuminado por el tiempo, roza de alguna manera los limites de la zozobra. Por unos segundos me siento en paz.
Huelo a rosas blancas, a chocolate, a casa.
Sé que cuando salte el banco de olas, el mar se presentará en calma. Pero llevo tanto tiempo nadando para atravesarlo, que estoy absolutamente agotada. Y aquí, como bien sabes, no hay rocas para aferrarme ni para descansar, tengo que seguir braceando. Tengo que seguir…
¿Sabes? Creo que te echo de menos, porque en tu figura he labrado mi refugio, y aunque no estás, es la manera de sentirme mimada.
Dicen que sin esfuerzo todo es imposible, pero ¿Qué ocurre cuando no depende de uno mismo? Pues luchar contra la nada, cargar el alma de paciencia y pensar que todo llegará, aunque inevitablemente me diga a mi misma, que nunca llegará…
Los días se hacen eternos, es como estar en el mismo día. Me siento protagonista de una vieja película. Cada mañana al abrir los ojos lo hago con la misma esperanza y cada ocaso me desnudo de las ropa de la decepción. El túnel sigue siendo negro, profundo, obtuso ¡tanto! Que hasta el aire lo siento inerte, no hay brisas que refresquen…no hay nada. Me rodea la oscuridad y no me permito soñar. Soñar es bueno cuando se tiene expectativas de realidad. Soñar por soñar, sólo es perder el tiempo…
La veracidad que me rodea, la congelación de todo mi mundo, los añadidos sin buscarlos, la simplicidad con que se ven mis problemas, la complejidad que me escupen a la cara, me desespera…son palabras huecas sin sentido y, son así, porque lo estoy viviendo yo.
Me alivio hablando contigo, de alguna manera te siento a mi lado y reconforto este corazón inquieto, cargado de alas, que únicamente quiere volar…
*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos Reservados*Es una noche solitaria… ¡vaya tontería! Cómo si alguna fuese compartida. Cuando me da por decir sandeces, soy única. En fin…
Evoco tu rostro y el recuerdo, aunque difuminado por el tiempo, roza de alguna manera los limites de la zozobra. Por unos segundos me siento en paz.
Huelo a rosas blancas, a chocolate, a casa.
Sé que cuando salte el banco de olas, el mar se presentará en calma. Pero llevo tanto tiempo nadando para atravesarlo, que estoy absolutamente agotada. Y aquí, como bien sabes, no hay rocas para aferrarme ni para descansar, tengo que seguir braceando. Tengo que seguir…
¿Sabes? Creo que te echo de menos, porque en tu figura he labrado mi refugio, y aunque no estás, es la manera de sentirme mimada.
Dicen que sin esfuerzo todo es imposible, pero ¿Qué ocurre cuando no depende de uno mismo? Pues luchar contra la nada, cargar el alma de paciencia y pensar que todo llegará, aunque inevitablemente me diga a mi misma, que nunca llegará…
Los días se hacen eternos, es como estar en el mismo día. Me siento protagonista de una vieja película. Cada mañana al abrir los ojos lo hago con la misma esperanza y cada ocaso me desnudo de las ropa de la decepción. El túnel sigue siendo negro, profundo, obtuso ¡tanto! Que hasta el aire lo siento inerte, no hay brisas que refresquen…no hay nada. Me rodea la oscuridad y no me permito soñar. Soñar es bueno cuando se tiene expectativas de realidad. Soñar por soñar, sólo es perder el tiempo…
La veracidad que me rodea, la congelación de todo mi mundo, los añadidos sin buscarlos, la simplicidad con que se ven mis problemas, la complejidad que me escupen a la cara, me desespera…son palabras huecas sin sentido y, son así, porque lo estoy viviendo yo.
Me alivio hablando contigo, de alguna manera te siento a mi lado y reconforto este corazón inquieto, cargado de alas, que únicamente quiere volar…
*Rocío Pérez Crespo*
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