Centellea en mi retina el color de tu mirada,
Esos ojos tan sabrosos del color de las castañas.
La ternura que desprendes y la paciencia soberana.
Y sigo a lo mío sin darle importancia...
Con una sonrisa de
broma encastrada.
Te miro de reojo y oteas mi cara.
Vuelvo a lo mío sin decir nada.
Levantas la cara buscando el refugio
Y paso de ti a ver lo que aguantas.
Me dices… ven conmigo
Te digo… dame un respiro
Me dices… lo necesito
Te digo… ahora mismo.
Y en esa bondad infinita
Apoyas tu cuello en mis rodillas.
Tan suave en mis caricias
Que acabas por acurrucarte…
De pronto paro en mi empeño
Y dos fanales como dos soles
Levantan la vista al techo…
Me dices…. No pares
Te digo…. Ya lo he hecho
Me dices… ten piedad
Te digo…. Eres un lucero
Y moviendo el rabo saltas a mi lado
Y giras en redondo jugando.
Abro la puerta, sales corriendo
Disfrutado del sol y el movimiento
Sin perderme de vista un momento
Disfrutas de tu paseo
Una mata de pelo rojo cortando el viento.
*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos Reservados*
Ese era mi perro, un Setter Irlandes precioso. Después de veinte años de su marcha, mi hija pequeña me hizo un regalo...una cabra loca independiente, pero que adoramos. Es una Alaskan Malamute enana que hace juego conmigo...Gala.
qué compañeros!
ResponderEliminarsaludos
Pues sí,Omar, lo son...gracias. Besos.
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