Me duele el alma.
Si me miro ahora mismo no soy
capaz de ver nada. Solo un borrón a causa de las lágrimas que brotan en
torrente y duelen como alimañas.
Es como si el corazón se abriera
y una cascada de inmundicia calara hasta las tripas.
Y es que no se puede obligar a
amar cuando no se ama.
Por más que me empeño en retener
sigue siendo agua que se escapa entre mis dedos y me dejan exhausta.
El esfuerzo es enorme por recoger
unas migajas. Cuando das amor puro nacido de tus entrañas y sólo ves frialdad
de unos ojos que calan.
Y lo intentas de nuevo y de nuevo
fracasas… y las preguntas te invaden y la lógica te aplasta.
Y nace un sentimiento de fatiga
que te ahoga, que te deja mareada. Con mil respuestas en la cabeza y una razón
desesperada.
Amar es la cosa mas sencilla de
este mundo… que te amen la más complicada.
Reclamar no merece la pena,
porque lo que no es sentido pierde el
valor en la entrega… y quizá aplaca un poco la espera, pero es filo de doble
hoja y al final yerra.
Y dicen que porque no te quieran
como tu quieres no significa que no te quiera…falacia embustera… cuando un amor
siente se demuestra, pero no porque lo vea el mundo… porque tu necesidad impera
y empleas las palabras certeras porque es la mejor raíz que ha dado esta
tierra.
El beso a tiempo, la ternura en
las yemas y un te quiero desde lo más profundo que sabe a hierbabuena… y no
dejar que el disgusto o la reseña determinen un cariño y en la ofrenda tengas retama
en cucharas soperas.
Yo no busco cielos estrellados,
ni lechos de rosas frescas… ni romance de romeos y julietas, ya que yo no me
visto de sedas. Sólo pido ternura por cariño en equidad perfecta. No me importa
que sea de plástico la valija que lo sostenga. Porque siendo amor puro ya es
oro macizo lo que se encierra en ella.
*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos Reservados*
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