Es más fácil variar el curso de un río, que el carácter de
un hombre (Proverbio chino)
No es tu mano en mi cara, tampoco
tu grito en mis oídos. No es el ultraje de tus palabras, ni tan siquiera el
puño rabioso que rompe la piel de mi alma.
No…
Soy una diana, una hoja muerta,
una pared manchada. Soy un retrato inconcluso en las costuras de la cama, por
donde se cuelan los sueños y se filtra a
bocanadas la pesadilla de tu estampa.
No soy el viento, no soy la
calma…sólo el miedo ante tus ojos fieros y el palpitar de tu cólera endiablada.
Me estrujo contra las sabanas, me
escondo en los rincones, las espirales fluyen de mi cabeza como una torbellino
de aguas residuales…tengo frío en la vida, tengo escarcha en el habla, tengo
las manos muertas…tengo carcomidas las esperanzas.
No es tu vejación en mi cuerpo,
no son mis hijos llorando, no es mi madre suplicando, ni mi amiga esperando…es
comprender que no tengo salida y que un fatídico día, deposité en un tirano mi ánima encendida y completamente entregada.
*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos Reservados*
Dedicada a todas las personas maltratadas en pos de un amor enfermo.
Tú lo has dicho: es un amor enfermo. Como hacerles entender que ningún ser humano merece tanto daño en nombre del "amor"
ResponderEliminarCariños.....
Gracias Oriana...un placer tu comentario..hay cosas que jamás se pueden justificar...mil besos.
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