En la inquietante calma de la
noche, cuando las sombra delimitan mi contorno, te abrazo y te siento cercano y
mío. Me acurrucó en tu pecho y, dejo que mi corazón escuche el latir del tuyo…
acompasado, relajado… perdido en eso mundos de realidades efímeras. No me
sientes, sin embargo cada noche llego hasta ti, soy como un suspiro…como un
encantamiento dormido… y te miro.
Beso tu boca, tus labios sin
moverse aceptan el beso con total ignorancia… acaricio tu cara… nada se mueve…
la oscuridad lo invade todo menos mi mente.
Desnudo tu cuerpo, tan familiar y
extraño, caliente y, noto como me estremezco en el recuerdo de el sobre mi… sin
miedos.
Te acaricio, no puedo evitarlo…
mis manos recorren tu piel dibujando tu cuerpo para recordarlo siempre…incluso
cuando ya no esté.
Te huelo y tu aroma me rebasa
recordándome sin complejos que ese perfume me pertenece por completo.
Porque eres mió y así te siento.
Me da pereza marchar… me gustaría
meterme en la cama y dormir a tu lado ese sueño placido que te hace esa cara
tan bonita… tus ojos cerrados en un vació cargado de melancolías…Pero debo
volar.
Me espera un largo camino y
siento desesperanza y frío.
Avanzo en la oscuridad de tu
cuarto buscando la ventana que me eleve al cielo…solo la noche me espera y su
manto brillante reflejaran mis alas para que no me pierda...
Mañana, cuando de nuevos te
acuestes, volveré a ti y tu casa. Y con la soledad y la oscuridad como aliadas,
besaré tu boca, tocaré tu cuerpo y me impregnaré con tu fragancia para poder
llevar el nuevo día con el alma mas cargada de este amor que me mata en la
distancia, pero que es tan mío y real como tus manos cuando me abrazan… como tu
boca cuando me dice... ¡Eres preciosa!… como tus ojos cuando me contemplan y tu
mirada dice más que tus palabras…
Ya me elevo, pero paro de pronto
y a través de la ventana me quedo mirando tu cuerpo, tan niño y desprotegido…
tan hombre y tan perfecto.
Ayúdame luna… y con las estrellas
como sequito márcame el camino de vuelta, para que cuando llegue de nuevo al
lar que me espera, pueda cerrar los ojos con
aplomo para poder recuperar en mi memoria el tierno retrato de su cuerpo
entero.
*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos Reservados*...Murcia.
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